Las instituciones escolares tienen como propósito formar personas para el ámbito profesional, pero principalmente para la vida. Esta premisa integrada a las nuevas necesidades académicas evidencia la importancia de otras áreas del conocimiento en la educación de niños y adolescentes.
Según Alejandro Roldán Bernal, sicólogo y profesional senior de Ruta N, “la reformulación de materias tradicionales es fundamental, por lo que debe hacerse con pensamiento global. Entender de otra manera áreas como las matemáticas los últimos años de proceso educativo escolar, podrían ser herramientas muy interesantes para la analítica de datos y desarrollo de software en un futuro”.
Y es que la tecnología no hace parte de un solo pilar del conocimiento, se ha convertido en una base transversal que influye en todas las profesiones en las que cualquier adolescente sueñe trabajar. Es allí donde los colegios y escuelas tienen una responsabilidad mayor, ya que la formación de las materias tradicionales ahora dispone de un disparador crucial en el éxito de los futuros profesionales como lo son la innovación, emprendimiento, creatividad y desarrollo de software.
De acuerdo con Roldán, lo que se vive actualmente es que el mercado laboral no genera acceso a los jóvenes y la transformación digital de casi todas las industrias está obligando a entender cada vez más a las tecnologías, con profesionales que pasen de ser consumidores a ser creadores, por lo que también es fundamental fortalecer la formación técnica para cerrar brechas.
“Es muy importante que los adolescentes desarrollen competencias de alta demanda para el mercado laboral. Hoy en día el software es un lenguaje como el inglés, por lo que las personas que no lo manejan pueden llegar a ser considerados los analfabetas del siglo XXI. Además, les permitirá desarrollar sus propias soluciones independientemente de la carrera que elijan”, afirma.