La Enfermedad Cardiovascular (ECV) es la principal causa de muerte en el mundo, por encima del cáncer, por lo que es importante tener hábitos de vida saludable y realizarse chequeos médicos periódicos.
Sobre estos últimos, Ana G. Múnera Echeverri, cardióloga del Hospital General de Medellín, afirma que “idealmente, desde los 18 años se debe ir al médico para medir el riesgo cardiovascular determinando cómo está la presión, el peso y el perímetro abdominal”.
Santiago Giraldo, cardiólogo del Hospital Pablo Tobón Uribe, sostiene que “después de los 40, si el paciente es sano y no tiene síntomas, se debe hacer un perfil de colesterol y de azúcar cada tres años si los resultados son normales; y si la persona tiene factores de riesgo cardiovascular, el chequeo médico se debe hacer anualmente a partir de los 18 o 20 años”.
Por su parte, Mateo Giraldo, cardiólogo de la Clínica Medellín, enfatiza en que “de los 40 a 50 años, los riesgos cardiovasculares se incrementan”. Y considerando la herencia, señala que “si la persona tiene familiares que han sufrido del corazón, sobre todo, a edad temprana (menores de 50 o 55 años) y presenta síntomas y factores de riesgo, debe ir al médico”.
Cuando el paciente tenga síntomas de ECV, el médico los evalúa y luego ordena el tipo de examen del corazón a realizar para saber su estado. La periodicidad de los chequeos médicos de un paciente con ECV y de los exámenes cardiovasculares depende de la enfermedad de base.
Los factores de riesgo cardiovascular son sedentarismo, obesidad, depresión, consumo de licor o cigarrillo, altos índices de presión, colesterol o azúcar, historia de ECV en la familia y la edad.
Los síntomas de ECV son dolor en el pecho, fatiga, palpitaciones, asfixia, desmayos, mareos, hinchazón y pérdida de la consciencia.
Los especialistas anotan que en edad reproductiva, las mujeres la presentan menos que los hombres. Sin embargo, después de la menopausia aumenta el riesgo por la pérdida del efecto protector de los estrógenos.
Acerca de la detección de la ECV, Clara Saldarriaga, cardióloga de la Clínica Cardiovid, dice que “es importante que sea temprana para evitar complicaciones como infartos o insuficiencia cardíaca”.
Para prevenirla se recomienda mínimo 150 minutos de actividad física a la semana, consumir una dieta baja en sal y con buen aporte de vegetales y frutas, ingesta de licor baja, no fumar y mantener un peso moderado