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El mundo tiene rincones llamativos e interesantes que muchas veces pasan desapercibidos ante la popularidad que se llevan otros cuantos. Ese es el caso de Baljenac, una isla que, a simple vista, puede considerarse la huella dactilar del planeta.
Y es que desde el aire, Baljenac, una de las 249 islas que forman parte del archipiélago de Sibenik, al sur de Croacia, luce como una huella dactilar por los cientos de muros que se levantan en sus 0,14 kilómetros cuadrados y que se han convertido en todo un atractivo en esa región de los Balcanes.
Pero, ¿cuál es la historia detrás de los laberínticos muros que se levantan en su superficie? De acuerdo con la revista Croatia Week, los cerca de 23 kilómetros de paredes de piedra que dan forma a los laberintos sobre la deshabitada isla datan de la década de 1800 y fueron construidos por los agricultores de una isla vecina, Kaprije, para separar y proteger sus cultivos del viento.
Sobre ese terreno se plantaron, en su momento, árboles de higos y naranjas, además de plantas de vides y olivos, que fueron protegidos por tabiques de piedra seca, como se le conoce a la técnica empleada para los muros en la isla que también fue popular en otros lugares como Escocia o Irlanda.
“Sus muros son testigos de los tiempos en que el trabajo duro, la tenacidad y la resistencia fueron clave para domar el impresionante paisaje kárstico de la costa del Adriático”, señaló la oficina de Turismo de Croacia, que ha preservado sus condiciones físicas y culturales a tal punto que el país ha solicitado a la Unesco que lo incluya en la lista de Patrimonios de la Humanidad.
Y aunque desde el aire parecen laberintos indescifrables, nadie podría perderse entre ellos porque los muros, aunque parezcan lo contrario, no miden más de un metro.
En Kaprije, que para 2017 tenía una población de sólo 150 habitantes, también existen zonas cubiertas con estos muros. La diferencia con Baljenac es que esta última tiene una mayor concentración de ellos.
Recorridos en barco para conocerla
Quien quiera conocer Baljenac puede acercarse a la Oficina de Turismo de Croacia, que organiza tours en barco hasta la isla. Sin embargo, se debe tener en cuenta que no está permitido atracar en ella, solo rodearla, porque no existen muelles ni una infraestructura para recibir a turistas, lo que ha permitido conservarla con el paso de los años.