Toda gran revolución tiene un origen, y descubrir muchas veces el momento exacto en el que detona el cambio en la historia puede ser una misión compleja. O si no vea lo que pasa con Internet.
Esta semana el mundo celebró los primeros 50 años de la red. Aunque no todos festejaron. Son los cincuenta años de la primera vez que un computador logró enviar un mensaje a otro en una ciudad diferente. Ese acto, pequeño en su forma (si se mira desde la actualidad), pero revolucionario en el fondo, cambió por completo la dinámica de la humanidad: modificó los trabajos, el entretenimiento, la educación y la comunicación.
Para llegar a este punto en el que es posible escuchar cualquier canción en cualquier lugar o enviar un mensaje que llegue en cuestión de segundos de Colombia a Rusia, tuvieron que darse varios hitos.
Ese precisamente es el debate: ¿ese mensaje enviado entre ciudades es el origen de la Red de Redes? ¿En qué momento realmente nació lo que hoy se conoce como Internet?
Una revolución en dos letras
Eran las 10:30 de la noche del 29 de octubre de 1969. El científico Leonard Kleinrock, que hoy tiene 85 años, estaba con su alumno Charlie Kline en el laboratorio de la Universidad de California. La idea del experimento era enviar el comando “Login” a un computador ubicado en la Universidad de Standford.
Por esos años, desde escenarios gubernamentales y académicos se estaba investigando una nueva forma para que la información se transportara. En Arpa, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada, creada en el gobierno de Eisenhower, el científico polaco Paul Baran descubrió que era mucho más óptimo hacerlo por “paquetes de datos”, y que estos viajaran vía telefónica, por radio o incluso por satélite.
Esa idea se convirtió en la obsesión de científicos e investigadores que hacían experimentos para demostrar su validez. Sin embargo, fue hasta la prueba del profesor Kleinrock que se envió el primer mensaje, mediante “paquetes de datos”, a través de una línea telefónica de AT&T.
Esta historia se cuenta en el documental Lo and Behold (2016), del cineasta alemán Werner Herzog. En la primera escena de esta producción, el mismo Kleinrock habla desde el laboratorio en el que ocurrió la operación. Parado frente a una máquina del tamaño de un nevecón, cuenta que esa noche él hablaba vía telefónica con los investigadores que estaban en Standford para confirmar la recepción de los mensajes.
La letra “L” se envió y recibió correctamente, con la “O” sucedió lo mismo, pero la conexión era inestable y no se pudo terminar la misión. “No podíamos esperar un mensaje más breve, más poderoso y más profético que lo”, dice Kleinrock.
Pese al aparente fracaso de este experimento, Gonzalo Romero, miembro de la Internet Society desde 1992 y director de seguridad en .co, explica que este sí debe ser considerado como el inicio de la red. “Casualmente ese 29 de octubre solo llegaron dos caracteres en la comunicación, pero el proyecto no fracasa, porque fue el pie para que comenzara el esfuerzo de muchos científicos en lo que hoy conocemos como Internet”.
Con ese precedente, el Departamento de Defensa de Estados Unidos creó en noviembre del 69 Arpanet, una red de computadores conectados que se convirtió en un efectivo medio de comunicación entre instituciones estatales y académicas. El modelo de redes de computadores fue el boom en los 70 y su desarrollo tomó fuerza también en Inglaterra y Alemania.
Pilar Sáenz, investigadora en Karisma, una organización que trabaja en la promoción de derechos humanos en el mundo digital, dice que este fue un momento definitivo para Internet.
“Efectivamente estamos celebrando los 50 años del primer envío de un mensaje a través de una red. En esto hay que decir que Arpanet no es Internet. No necesariamente es lo mismo, pero es importante reconocer que sin una cosa no se hubiera podido tener la otra”, afirma.
Precisamente, por el hecho de que Arpanet y desarrollos posteriores fueran redes cerradas de computadores es que nace el debate de si se debieron o no celebrar los 50 años el 29 de octubre. Esto porque Internet, como se conoce hoy, es una red abierta y descentralizada, esa es su esencia. Sáenz argumenta que “no existe solamente un momento fundacional de Internet, sino que se van juntando las piezas para tener lo que hoy conocemos”.
Que entren los que quieran
Según explica Julián Casasbuenas, director de Colnodo, una organización que apoya iniciativas para el uso estratégico de Internet, “estos sistemas que existieron fueron cerrados. Definitivamente lo que impulsó Internet fue el modelo abierto, colaborativo, donde todos aportamos en la construcción de los servicios y cualquier persona puede innovar e inventar”. Hace referencia a que lo que se conoció en los 70 no era Internet, sino, más bien, un conjunto de redes.
Por su parte, Hugo Sin Triana, reconocido por Colciencias como el padre de Internet en Colombia, explica mejor esta diferencia. “El Arpanet no era una red abierta y tenía una condición: los participantes debían tener relación con el Departamento de Defensa de Estados Unidos”, afirma.
Aunque los grupos de computadores conectados ya existían en diferentes partes del mundo, estos no podían comunicarse entre sí. Había que poner de acuerdo a esos científicos e ingenieros que estaban detrás de estos sistemas para que los servidores hablaran el mismo idioma.
Fue ahí donde nacieron los protocolos TCP/IP, creados por los científicos Robert Kahn y Vinton Cerf, según señala un documento de la Internet Society titulado Breve historia de Internet.
Estos protocolos fueron una arquitectura diseñada para que las redes tuvieran un entorno en el que pudieran comunicarse entre sí. El mismo escrito añade que una de las reglas que establecieron sus creadores desde el primer momento fue “que cada red sería independiente y que no habría control global a nivel operativo”.
Al respecto, Sin Triana sostiene que “el origen de lo que conocemos hoy en día como Internet se da realmente cuando se desarrollan los TCP/IP. Esas fueron reglas de juego, con la gran ventaja que eran un elemento abierto. Cualquier persona tiene acceso a las especificaciones y el funcionamiento de los protocolos. Esto realmente abre la posibilidad de que muchos tuvieran participación”.
Menos técnica y más acceso
Pese a los avances y la apertura que significó la llegada de los TCP/IP, Internet seguía siendo un entorno difícil en la navegación, y tuvo que ocurrir un tercer hito para que un sitio web se viera como los de la actualidad.
Julián Casasbuenas, de Colnodo, cuenta a manera de anécdota que un acto tan cotidiano como lo es hoy leer el correo electrónico era una tarea complicada. “Recuerdo que en esa época lo podía leer en la medida que iba bajando por la pantalla, porque las comunicaciones eran muy lentas y además porque el protocolo se cobraba por segmento, y un segmento eran 64 caracteres. Entonces poner un espacio en blanco era un lujo. Uno escribía párrafos sin espacios que generaran menores costos”.
El 20 de diciembre de 1990 ocurrió el último gran salto, esta vez desde el laboratorio de informática del MIT. El científico Tim Berners-Lee, quien formaba parte de la Organización Europea de Investigación Nuclear (Cern, por sus siglas en francés), probó el experimento que había estado desarrollando desde 1989, según señala un especial dedicado a Berners-Lee publicado en la página del Cern.
La llegada del “triple w” no solo permitió al usuario encontrar la información más fácil en la red, también comenzar a crear y editar contenido propio. Internet, para ese instante, ya tenía mucha información o “texto” disponible; sin embargo, estaba organizado de una forma lineal y eso dificultaba que los navegantes pudieran encontrar algo.
¿Qué tal poder saltar de un texto a otro sin necesidad de seguir una línea? La World Wide Web comenzó a tener en cuenta el concepto de “hipertexto”, y es ese precisamente el que permite que la información en un navegador esté organizada en sitios web.
Si usted quiere recordar o incluso conocer cómo era navegar antes de la World Wide Web, la página del Cern contiene especiales que reviven esta experiencia. Lo único que se veía era un fondo negro con texto seguido. Ahora, hay cantidad de pestañas, menús y opciones disponibles para acceder a la información mucho más rápido.
Hugo Sin Triana explica que antes la red era muy académica y añade que “con el desarrollo de www llega un poco más a las personas comunes y corrientes, y eso permitió que se desarrollara de una manera acelerada”.
Medio siglo de promesas
Más allá del debate sobre si son o no los 50 años de Internet, el 29 de octubre, como fecha icónica en la tecnología, remite a pensar en las grandes promesas que hizo la red desde su nacimiento.
Expertos coinciden con la Internet Society, en que la esencia de la Red de Redes es la colaboración abierta y de servicio, sin esas características tal vez nunca hubiera llegado a ser lo que es hoy. “Como promesa de origen, se ha cumplido todo lo que se ha establecido, sigue siendo una red descentralizada”, comenta Sin Triana.
Por su parte, Eduardo Santoyo, gerente de .co, añade que “en efecto el desarrollo que ha tenido Internet ha sido gracias a que tiene un uso común. No creo que haya otra cosa en el que haya tanta gente coincidiendo en usar como Internet”.
Sin embargo, otros grandes preceptos como la distribución de la información, la facilidad de proponer estándares y protocolos libres y abiertos y la seguridad de que la red siempre va a ser neutral siguen planteando retos para las grandes compañías que se abastecen de Internet como un negocio, y los usuarios para los cuales Internet es un componente fundamental en el día a día.
Estas son algunas de las intenciones del principio y qué tanto se han hecho realidad.