Steve Jobs le ofreció al mundo una manzana mordida el 29 de junio de 2007 y este cayó en la tentación de tener en sus manos un dispositivo que sería revolucionario y enamorador: después de 15 versiones del iPhone, este sigue provocando que la gente espere afuera de las tiendas para tener, antes que cualquier otro, el más reciente.
El 29 de junio de 2007, primero en Estados Unidos, la gente pudo conocer el primer teléfono inteligente masivo (antes hubo uno de IBM, que alcanzaba a ser inteligente). A una hora de su lanzamiento ya se había agotado. Steve Jobs, director ejecutivo de Apple hasta su muerte en 2011, lo llamó iPhone, sin números y sin letras. Era el primero de la compañía y sobrevivió hasta 2013, cuando se consideró obsoleto, después de que se vendieran 6.1 millones de unidades.
Según José Betancur, director de innovación de InterGrupo, los rumores de que Apple iba a entrar en el negocio de los teléfonos celulares ya existían en esa época y, de hecho, se especulaba el nombre. “El estilo de Apple era llevar la i de internet adelante de los productos, así fue con el iMac (el primero en incluirla), el iBook, iMovie, iPhoto, iTunes y por supuesto el iPod”.
Sin ser el primero ni el mejor, dice Juan Garzón, editor de sección de Cnet en Español, Apple, por medio del iPhone ha ayudado a establecer nuevas categorías e intereses, como la de relojes inteligentes. Asimismo sucedió con los pagos móviles.
A lo anterior, Ricardo Sotaquirá Gutiérrez, director de Ingeniería informática de la Universidad de la Sabana, añade que “con iPhone nos volvimos más exigentes con la facilidad de uso que debe tener la tecnología. Ese cambio produjo que el usuario se concientizara de que estos desarrollos deben ser fáciles de usar”.
iPhone sí cambió la historia, y hay razones para afirmarlo