Llueve y el agua se mete hasta las habitaciones. O inunda la escuela y adiós a las clases. Y entonces aparecen respuestas que vienen desde la academia: una casa flotante y una escuela, también.
Caso dos. El mundo necesita casas que gasten menos energía, menos agua, que sea bioclimática. Y, de nuevo, la academia y sus investigadores tienen una respuesta.
Hace un par de años, tres estudiantes de Ingeniería de Diseño de Producto de Eafit dieron forma a una casa flotante que, aprovechando las cualidades de las botellas de plástico, evita quedar bajo el agua.
Es, además, una propuesta de vivienda barata y de autoconstrucción.
No se trataba de una casa palafítica, como las que hay en las comunidades de la Ciénaga Grande de La Magdalena, sino de estructuras que se elevan con el agua.
“Nuestra plataforma se levanta del suelo a medida que va entrando la inundación, ayudándose de pilones para regular el desplazamiento vertical”, explicó en su momento la ingeniera Lina Marcela Castaño Bedoya a la agencia de noticias de Eafit.
Una escuela sobre las aguas
Hoy, la idea evolucionó, y la spin off Utópica-Eafit propone algo más ambicioso: una escuela que resista el embate de las inundaciones y proteja a los estudiantes cuando estas ocurran.
La materialización de esta idea se llevó a la comunidad de Sempegua, corregimiento del municipio de Chimichagua, en el departamento del Cesar, donde navegó la piragua de Guillermo Cubillos.
Desarrollaron, entonces, tres aulas flotantes con capacidad para 60 niños. Las aulas, que pertenecen al Centro Educativo Nuestra Señora del Carmen se adaptan a los niveles de agua y flotan como si fueran barcos.
“Las aulas flotantes están conformadas por varios sistemas que incluyen: sistema de flotación, sistema constructivo y un sistema de anclaje que mantiene la plataforma fija en un solo lugar, lo que permite que las aulas pasen de terrenos secos a condiciones de inundación de forma bastante estable”, explica el ingeniero Andrés Walker.
Esta idea, además, cuenta con el respaldo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) y la Unión Europea (UE).