La mamá de Juan Esteban Taborda les contó a todas sus amigas que su hijo había sido escogido como el mejor “estudiante pilo” de las universidades de Colombia. Ahora nosotros le hacemos eco a esa madre esforzada que con su salario mínimo y sus valores de disciplina y amor comparte un hogar lleno de sueños con su crío, que en la Universidad Nacional, Sede Medellín, alcanzó un promedio de 4,9 en el semestre.
Retomamos ese ejemplo para decirle a toda la gente de Antioquia y del país lo indispensables que son esta clase de personas y familias capaces de inspirar superación y entrega. Esa solidaridad que está retratada en una bendición matinal y en un “ojalá le vaya muy bien en el estudio, hijo”.
Lo necesitamos. Lo saludamos. Lo queremos para todos en nuestra ciudad y en nuestra región. Amor y control, como diría una conocida canción del Caribe. Aquella bendición impagable que es tener un hogar, una mano, un afecto sincero y oportuno de los seres humanos con quienes habitamos y vivimos en familia. Cada día Juan Esteban se levanta a la U, a las clases, en busca de futuro. Él, lleno de ganas, de convicciones, de determinación y de fe.
“Mi mamá se alegró mucho -le dijo Juan Esteban a la prensa- y se lo contó a todas sus amigas. A mí, obviamente, me enorgullece porque estoy cumpliendo como hijo, siendo responsable con el estudio. (...) Además, me siento contento de ser el primer universitario de mi familia”.
El muchacho estudia Ingeniería Civil en la Universidad Nacional. Tiene problemas de visión (hipermetropía) que, según él, no le han sido atendidos, como debiera, por la entidad prestadora de servicios de salud a la que consulta. Y le dan migrañas, pero las supera y se supera. La gracia está en mirar la vida con optimismo.
Este editorial, en un tono cálido y cercano, respetados lectores, tiene un objetivo sencillo y valiosísimo: animar y buscar una nueva generación de jóvenes para Antioquia y para Colombia. Que dejen atrás y se resistan al dinero fácil, a la ilegalidad, a la violencia. Que tengan la capacidad de ver delante de sus ojos y sus vidas las oportunidades maravillosas de crecimiento y bienestar humanos que hay en el conocimiento, en el estudio, en la academia.
Que nuestra sociedad, de la mano de todos, en la medida de las capacidades, espacios e iniciativas, vaya encontrando senderos más prósperos y creativos en la disciplina de la formación de valores y saberes, paso a paso. Con esmero. Sin trampas. Con la satisfacción de la solidaridad familiar, barrial y comunitaria.
Hay muchos Juan Esteban en el departamento y el país que necesitan la oportunidad, el consejo y el respaldo. Un programa para que ellos desarrollen su potencial. Una “plataforma de lanzamiento” como esta que se genera con Ser Pilo Paga, del Ministerio de Educación Nacional.
Nos debe gustar a todos, nos debe convocar a todos, que se estimulen, con recursos oficiales y privados, la inteligencia y la capacitación de muchachos que le permitirán a nuestra sociedad refundarse sobre otros valores más gratificantes y edificantes.
Estas líneas son para dar cuenta del promedio de 4,9 de Juan Esteban Taborda en la universidad, lo cual lo convirtió en el mejor del país. Pero él es la excusa, el pretexto, el ejemplo, para llamar a padres, familia y comunidad a unir esfuerzos en la tarea de construir una Colombia muy pila, muy unida y muy estudiosa.