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Más allá de los dedos en la llaga que puso o de la cantada de tabla, Francia Márquez también dejó en evidencia que en el gobierno de Gustavo Petro la han maltratado.
Desde hace meses los colombianos nos hemos estado preguntando dónde está la vicepresidenta Francia Márquez. Esa figura, dotada de carisma, había arrancado con gran ímpetu, pero en la medida en la que avanzaba el gobierno de Gustavo Petro se fue viniendo a menos y opacando. Sus apariciones se volvieron muy esporádicas y poco potentes, su voz no tenía el impacto de antes y no está muy claro cuál es el papel que desempeña el Ministerio de la Igualdad.
Pero todo cambió en el caótico consejo de ministros del martes. Francia habló duro, con dolor y valentía, y dejó al descubierto varios de los graves problemas del gobierno de Gustavo Petro: la corrupción, la inseguridad en la que vive el país y esa extraña y no aclarada relación con el recién nombrado jefe de despacho, Armando Benedetti.
la Vicepresidenta se desahogó y sacó a la luz pública muchas de las cosas que tenía atragantadas en más de dos años y medio de gobierno.
Hay que recordar que, tras conseguir el segundo puesto en la consulta del Pacto Histórico, con 783.163 votos, a la líder afro de Suarez, Cauca, le correspondía ser la candidata a la Vicepresidencia. Sin embargo, tras llegar al gobierno su estrella se fue apagando. De la líder aguerrida se veía muy poco y se convirtió en protagonista de noticias por su tono contestatario. Francia saltó a los titulares por invitar a “vivir sabroso”, por decir “de malas”, cuando se le preguntó por el uso de un helicóptero para sus traslados, y por afirmar que si fuera blanca y de élite no la criticarían.
No sobra decir que a Francia no le ha quedado fácil ser parte de este gobierno: primero, Roy Barreras quiso sacarla de la candidatura; luego, Petro no la quiso poner al frente del Departamento de Prosperidad Social como ella lo pidió. En su momento, fuentes de la Casa de Nariño contaban que Petro solo accedió a darle algún cargo a Francia por la insistencia de Alexánder López, director hoy del DNP, y porque en algún momento se dio una coyuntura en la que para Petro era útil salir abrazado con la más destacada figura afro de su gobierno. Solo un año después le creó el Ministerio de la Igualdad, en medio de críticas por el presupuesto que iba a manejar –cerca de dos billones de pesos– y el aumento de la burocracia, en 744 funcionarios, cinco de ellos viceministros. La Corte Constitucional tumbó la creación del Ministerio en 2024, pero le dio vida hasta el 2026.
De manera entonces que, este 4 de febrero, Francia Máquez volvió a mostrar el talante frentero y recio que la ha caracterizado. Temblando en su silla y con voz entrecortada, dijo que le dolía que en el gobierno que ayudó a elegir se presentaran “muchos actos de corrupción”; que le dolía saber que su familia en Cauca estaba pasándola peor que con los gobiernos anteriores y se quejó porque la pusieron al frente de una entidad que tuvo “que crear desde cero” y donde solo recibió “un papel con designación”.
“Me interesa responderle a Suárez, Cauca, a mis tías que estaban en medio del conflicto armado, debajo de una cama, diciéndome Francia qué hacemos, nos van a matar aquí”. Y siguió hablando duro. Reclamó que Laura Sarabia la irrespetó al punto de tenerle que recordar que estaba hablando con la Vicepresidenta; y reprochó la decisión de Petro de haber llevado a Benedetti como jefe de despacho.
Al final, un poco más calmada, Francia Márquez lanzó otra carga de profundidad: “Hay una cosa en la que yo espero estar equivocada Presidente y es que no esté llegando gente aquí usando chantajes para contribuir a socavar un sueño que es un proyecto de país”. Si bien, no utilizó el nombre de Armando Benedetti, muchos interpretaron que se refería a él, porque es conocido que el nuevo jefe de despacho presidencial se encargó de dejar claro que tiene secretos muy malucos de la campaña de Gustavo Petro, en los audios que filtró a la revista Semana: “En el momento en que yo diga quién dio la plata aquí en la Costa, yo sé qué es esa mondá. Tú, que no sabes de historia, lee cómo empezó el (proceso) 8.000”, le decía Benedetti a Laura Sarabia. “¿Qué tal que uno diga, mamando gallo, quién fue el que puso la plata aquí en la Costa?”.
El hecho de que la vicepresidenta Francia Márquez utilice la palabra “chantaje” revela que en el mismo gobierno hay terribles sospechas de por qué el presidente Petro defiende como lo está haciendo al exsenador, incluso sin importarle mucho sacrificar a quienes han sido por décadas leales a él.
Las palabras de Francia han sido interpretadas de varias maneras. Hay quienes consideran que este es un paso en el lanzamiento de su plataforma política para las elecciones del 2026. Una foto en la que aparece con el exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, y el exgobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, sería una muestra de los acercamientos con Unitarios, la coalición de partidos de izquierda que podría presentar un candidato a las elecciones.
Y hay también quienes piensan que básicamente se sacó el clavo. Porque, más allá de los dedos en la llaga que puso o de la cantada de tabla, Francia Márquez también dejó en evidencia que en el gobierno de Gustavo Petro la han maltratado. Es decir, el mismo presidente que se llena la boca descalificando a muchos como “esclavistas” y al que se le hincha el pecho diciendo que es el gran defensor de los afros, a la hora de la verdad solo se ha quedado en propaganda porque a la figura más simbólica hoy de la comunidad afro del país no le ha dado el trato que se merece.