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El virus en la educación

Un estudio mundial deja al descubierto los efectos devastadores del covid-19 —y, sobre todo, del manejo que se le dio— en la educación. Es hora de comenzar a recuperar el tiempo perdido.

Un estudio mundial deja al descubierto los efectos devastadores
del covid-19 —y, sobre todo, del manejo que se le dio— en la educación.
Es hora de comenzar a recuperar el tiempo perdido.

  • El virus en la educación
04 de enero de 2022
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La pandemia del covid-19 tuvo un costo inesperado: la pérdida de años escolares para una generación. En materia de aprendizaje había pesimismo, pero los resultados son peores. El mundo no pudo adaptarse a la pandemia, ni, en particular, la educación.

La actual generación mundial de estudiantes corre el riesgo de perder unos 17 billones de dólares estadounidenses, en valor actual, del total de ingresos que percibirán durante toda la vida, o cerca del 14 por ciento del PIB mundial actual, a consecuencia del cierre de las escuelas vinculado con la pandemia, según un nuevo informe publicado por el Banco Mundial, la Unesco y el Unicef. El nuevo pronóstico revela que la repercusión es más grave de lo que se pensaba y supera con creces las estimaciones de 10 billones de dólares estadounidenses calculadas en 2020.

El informe muestra cómo la pandemia paralizó los sistemas educativos del mundo entero y, lo que es peor, da cuenta de que todavía hoy, 21 meses después del comienzo de la crisis, las escuelas permanecen cerradas para millones de niños. Incluso, según advierte Jaime Saavedra, director de Educación del Banco Mundial, “es posible que muchos no regresen nunca a los centros educativos”. Y como él mismo enfatiza: “La pérdida de aprendizaje es moralmente inaceptable”.

No se trata solamente de que los niños no puedan ir a la escuela o de que no aprendan, lo que ya de por sí es grave; el gran problema es que se está arriesgando la productividad, los ingresos y el bienestar futuros de esta generación de niños y jóvenes, así como los de sus familias.

El análisis demuestra que, en algunos países, las pérdidas promedio de aprendizaje son aproximadamente proporcionales a la duración del cierre. Las pérdidas de aprendizaje estimadas fueron mayores en matemáticas que en lectura y afectaron de manera desproporcionada a los educandos más jóvenes, a los que provienen de hogares con bajos ingresos y a las niñas.

Los niños provenientes de hogares con bajos ingresos, los niños con discapacidades y las niñas tuvieron menos oportunidades de acceder al aprendizaje a distancia que sus compañeros. Los educandos más jóvenes tuvieron menos acceso al aprendizaje a distancia y se vieron más afectados por la pérdida de aprendizaje que los educandos de más edad, especialmente entre los niños en edad preescolar, en etapas fundamentales de aprendizaje y desarrollo.

En ese mismo informe, la Unicef, la Unesco y el Banco Mundial hicieron un nuevo llamado para reabrir los colegios en el mundo tras revelar que los países de ingresos bajos y medio bajos han perdido alrededor de cuatro meses de clases desde el inicio de la pandemia, una cifra que preocupa si se tiene en cuenta que en el resto del mundo esta pérdida fue de apenas seis semanas.

El informe recopiló información de casi 150 países durante los meses de junio y octubre. Uno de los hallazgos más importantes del estudio es que más de dos tercios de todos los países del mundo han reabierto total o parcialmente los colegios.

La crisis exacerbó las desigualdades en la educación. A nivel global, los cierres de escuelas, tanto parciales como totales, duraron un promedio de 224 días. Sin embargo, en países de ingresos bajos y medios, los cierres de escuelas por lo general fueron más largos que en los países de ingresos altos y su respuesta fue en la mayoría de los casos menos efectiva.

La reapertura de las escuelas debería ser la principal prioridad de los países. El costo de mantenerlas cerradas es elevado y amenaza con perjudicar a una generación de niños y jóvenes, a la vez que aumenta las disparidades que existían antes de la pandemia.

En Colombia, Fecode no permitió un regreso rápido al colegio. Temía la propagación del virus dentro de sus filas. Parece que fue un error: la sociedad no le perdonó esa decisión. Puso la salud de sus miembros por encima del futuro de sus estudiantes. No entendió el momento que atravesaba Colombia. Una falla costosa e imperdonable.

Colombia se podrá poner al día en la educación, pero tomará tiempo. Es una prioridad para el próximo gobierno. Tal vez, la mayor

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