Somos un país sin memoria, no es solo un cliché y no es solo en la violencia; también en el arte, en la cultura, en la m-ú-s-i-c-a.
Y lo digo porque en este momento, año 2015, en la ciudad de Medellín están desocupando, vendiendo y donando piezas fundamentales para la historia sonora colombiana.
Discos Fuentes está cerrando las puertas de su mítico estudio, está cerrando uno de los ciclos más exitosos de la música en Colombia y todo sigue como si nada, porque nuestra memoria no alcanza a recordar las canciones y discos de los Corraleros de Majagual, Rodolfo Aicardi, Los Yetis, Fruko y sus Tesos, Joe Arroyo o el mismísimo Lucho Bermúdez.
Este lugar, uno de los mejores estudios del país, resguarda desde Diciembre de 1954 historias musicales, cientos de éxitos y también polémicas, pero más allá de eso, es un patrimonio invaluable del arte colombiano.
Las especulaciones acerca de su futuro son muchas; lo que sí es cierto es que este sello discográfico no muere, sino que se adaptará -a regañadientes- a la nueva dinámica de la industria musical: Las plataformas digitales y la venta online, y tendrá estudios aliados para realizar sus producciones, pues sus instalaciones, vendidas a la empresa de ropa interior Leonisa, serán entregadas en marzo de 2016.
Los equipos, canciones, discos e historia, así sean de una empresa privada, hacen parte de la idiosincrasia colombiana, hacen parte de los músicos y de la historia popular y quizá el mejor término de esta situación podría ser manejado como un asunto patrimonial. Fuentes, no siendo santo de mi devoción, ni pera en dulce para muchos músicos, es un eslabón imprescindible para contar la historia y memoria musical del país, por eso su infraestructura sería el mejor aporte para pensar en un homenaje a la música en Colombia.
Los discos, consolas, imágenes, instrumentos, partituras y demás piezas, deberían alojarse en un lugar, en un recinto público, para ayudar a construir el tan necesario museo de la música en Colombia. Fuentes no ha muerto y tampoco queremos lapidarlo, sería injusto; pero sí se podría aprovechar la situación actual de la empresa para beneficiar a la música y a la historia. Las donaciones y ventas de esta gran discográfica podrían ser adquiridas por el estado para el beneficio de todos.
Ministerio de Cultura Nacional, Alcaldía de Medellín, Gobernación de Antioquia, ¿No creen pertinente apostarle a un museo de la música colombiana? ¿Dejaremos que nuestra historia sonora quede borrada por la incompetencia burocrática? ¿Se puede hacer algo en este punto de la historia? Ojalá no sea tarde..