Agradable tarde en la corrida final de la edición 26° de la Feria Taurina de La Macarena en la que el torero francés Sebastián Castella, vestido de celeste y oro, se encerró en solitario con seis ejemplares.
No valió mucho la primera mitad del festejo. Aunque muy voluntarioso, Castella no pudo acoplarse con los ejemplares, siendo lo más destacable los naturales en cámara lenta en el segundo turno, un sobrero de Ernesto Gutiérrez.
Pero salió Cautivo, de Achury Viejo, que debía ser el quinto, pero por error en toriles lo echaron en el cuarto turno. Ante ese gran toro el francés ejecutó una faena redonda que empezó con sus tradicionales cambiados. Luego bajó la mano y sacó varias tandas por derecha de mejor calidad. Espadazo tras petición de indulto y el francés dio la vuelta con la primera oreja. El bravo de Achury también fue premiado con la vuelta.
Algo similar pasó con el quinto de la tarde, Caperuso, de Santa Bárbara. Faena alegre y completa rematada con un estoconazo que bien valió la oreja, segunda en su cuenta.
El sexto fue Flautista, de Ernesto Gutiérrez. Tras quites por chicuelinas, faena vibrante por derecha y luego naturales. Algunos altibajos por falta de temple y una labor que se vino a menos, porque el toro no permitió el lucimiento. Estocada trasera, un aviso y el premio quedó en aplausos.
Tras la gesta, Castella salió a hombros por la puerta grande, aunque quedó el sinsabor de que pudo haber sido mejor.
Un quite final para despedir al picador antioqueño Diego Ochoa, quien tras 30 años de exitosa carrera en los ruedos, dejó el castoreño para gozar de un buen retiro. Ochoa, un estupendo picador que actuó con pasión y con éxito en múltiples plazas y, ante todo, un señor dentro y fuera de la plaza.