El paquete de respuesta económica del gobierno nacional para enfrentar la doble crisis, de caída de los precios del petróleo y del coronavirus, resulta insuficiente. Son urgentes más recursos, mecanismos de identificación de beneficiarios y romper ataduras que limitan la respuesta gubernamental.
La prioridad es la emergencia sanitaria. En materia económica el gasto debe evitar la pérdida de bienestar y de empleo, y los recursos de asistencia social deben ser por tres meses mínimo y diseñarse un mecanismo de autoselección, para incluir a quienes no están en los programas.
El paquete de apoyo debe privilegiar a las empresas vulnerables, ofreciendo a través del sistema financiero y de contribuciones a la seguridad social, apoyo directo para financiar el pago de salarios en los próximos meses o, por lo menos, las contribuciones a la salud y riesgos.
El comité de la regla fiscal debe relajarla para permitir el gasto extraordinario y el Banco de la República debe reducir la tasa de interés a cero. En caso de prolongarse el aislamiento general, se requerirán recursos adicionales. El Gobierno debe considerar pedir al Banco de la República financiar estos gastos con un crédito extraordinario con cargo a las reservas internacionales. Se requiere un voto unánime de los codirectores para lograr esta operación de crédito. Pero ante circunstancias extraordinarias, herramientas extraordinarias .