Colombia desaprovechó por completo la bonanza de la producción y exportación de petróleo y otros minerales. La explicación está en el efecto que causa el indebido aprovechamiento de los recursos naturales sobre la economía. Si esta abundancia de recursos no se regula en la época del alza de los precios de los minerales, lo que podrían ser beneficios e ingresos abundantes para la nación, se convierten en factores negativos.
La abundancia de recursos naturales y el alza de los precios de bienes minerales generaron la revaluación de la moneda, en vez de haber significado un ahorro de divisas que se tendrían que haber aprovechado para crear bases para desarrollo de alternativas de producción y exportación.
La bonanza de dólares del petróleo y el carbón destruyó la agricultura y el comercio. No era el momento indicado para que nuestra economía se entregara de esa forma al libre mercado. Se necesitaba evitar la revaluación, que se llevó por delante la incipiente agricultura y la poca industria.
No es cierto que los países deban dejar libre la economía a los estímulos del mercado. Eso solo se puede hacer si paralelamente se van implementando otros aparatos productivos y si se ahorran esas ganancias para apalancar otras exportaciones.