Estamos conmemorando la histórica jornada de 1886 en Chicago donde varios compañeros fueron llevados a la horca en unas condiciones inaceptables. Hoy, 132 años después nos encontramos con un panorama bastante desolador para la clase trabajadora colombiana. Tenemos una de las tasas de desempleo más altas de América Latina. Estamos de cara a una reforma pensional que va a recortar los derechos de los trabajadores y el común denominador hoy en las empresas es la contratación irregular, la tercerización, es el contrato basura, la precariedad en el empleo.
Antes lo exótico eran los contratos indirectos. Un solo ejemplo, en el Sena, de 38 mil trabajadores, más de 30 mil están tercerizados. Lo mismo ocurre en varios ministerios.
El ingreso de los trabajadores no es suficiente para vivir con decencia, el salario mínimo legal sigue siendo un salario de sobrevivencia porque no alcanza el costo de la canasta familiar que hoy en día equivale a más o menos $1.600.000.
En general estamos de cara a una situación precaria que ojalá, el nuevo gobierno, sea el que sea, se siente a concretar con los trabajadores y los empresarios para ver si este país que tiene tanta riqueza no continúa siendo una fábrica de pobres.