Los informes y los escenarios que ha construido el Ideam muestran que los aumentos o las disminuciones en la precipitación promedio y en la temperatura van a tener un efecto muy marcado en todo el país. En algunas regiones van a generar cambios hacia más humedad y más inundación; en otras cambios hacia mayor aridez y mayor temperatura. Todo eso tiene efectos en los procesos biológicos. La gente dice, que haga un poquito más de calor o que llueva un poco más, tratamos de proteger la infraestructura, pero en términos de biodiversidad cambia el metabolismo de todos los seres vivos, cambia el metabolismo base de las cadenas tróficas, es decir desde los microorganismos hasta los insectos que configuran la comida de otros animales y finalmente mantienen la salud del ecosistema. Cuando eso sucede, comenzamos a ver epidemias que se desarrollan en los ecosistemas que creíamos en equilibrio y comienzan a aparecer crisis, comienza a verse afectada la prestación de los servicios ecosistémicos. Por ejemplo la polinización. Cambios muy sutiles en la temperatura y en la pluviosidad implican que los polinizadores ya no están sincronizados con las épocas de floración de las plantas silvestres o cultivadas. Quiere decir que la productividad agrícola se va al suelo.
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