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No renunciemos a pensar en grande. Un programa social bien pensado y focalizado de tarifas cero en educación y transporte, no puede significar renunciar a los más importante. Educación y transporte de calidad.
Por Juan Carlos Manrique - jcmanriq@gmail.com
Las tarifas cero tanto en la educación universitaria como en el servicio de transporte son para mí el camino correcto. Su impacto es absolutamente relevante. Con algunas precisiones yo me subo a este bus.
La primera. No somos buenos para focalizar subsidios. Colombia antes del recaudo de impuestos y después de la intervención del Estado, a través del gasto y la inversión, sigue siendo un país con profundas desigualdades. El Estado es ineficiente en focalizar bien los programas sociales. Los subsidios terminan donde no deben terminar. Ejemplo típico, las pensiones. Dicho esto, las tarifas cero tanto en la educación como en el transporte no pueden ser universales. Es lo más regresivo del mundo. Los sectores que pueden deben contribuir y pagar. Los que no pueden, - que están identificados - deben ser los beneficiarios de las tarifas cero. En el caso de la educación, la complejidad es mayor. No basta con definir unas matrículas cero. El estudiante necesita además soporte sicológico, reentrenamiento, otros ingresos para poder ir a la universidad y tener los recursos adecuados para competir.
La segunda. No inventemos la rueda. Prosperidad social devolverá el IVA a cerca de 2 millones de hogares, a partir de esta semana. Los beneficiarios del programa recibirán un pago acumulado de 267,000. El Estado ya ha desarrollado una capacidad muy importante durante y después de la pandemia. La devolución del IVA y los mecanismos de transferencia, son un gran avance en progresividad y eficiencia. Por eso, por ejemplo, los estudiantes de los cuartiles socio económicos más vulnerables podrían tener una tarjeta con un cupo ilimitado para acceder a los sistemas de transporte. Esto es muy diferente a hablar de una gratuidad y se aleja de crear sistemas complejos de recaudo. Así como en la educación no es suficiente una matrícula cero, en el transporte público tampoco es suficiente una tarifa cero. Por muchas razones, los ciudadanos no han tenido un proceso de apropiación de los sistemas de transporte. Medellín durante muchos años fue un gran ejemplo, de lo que significaba cuidar con orgullo el Metro. Esto se ha desdibujado. En Bogotá, la mayoría de las protestas termina con estaciones y buses vandalizados.
Y una última precisión. No renunciemos a pensar en grande. Un programa social bien pensado y focalizado de tarifas cero en educación y transporte, no puede significar renunciar a los más importante. Educación y transporte de calidad. Eso exige hacer inversiones y conectar a Colombia. Eso exige que, bajo los principios de equidad y progresividad, los que más tienen, más ponen. Eso exige que nada sea gratis. Que pensemos en grande. Que hagamos pilotos. Que aprendamos de casos como los de Luxemburgo, París, Madrid o Estonia y su tarjeta verde. Después de un piloto en Tallin, su capital, Estonia instauró el transporte público con tarifa cero a nivel nacional para los estonios, con varios asteriscos y muchos aprendizajes presentes y futuros.
El futuro del país es la educación. El futuro de la movilidad es el transporte público. Por eso, yo me subo al bus de las tarifas cero.