Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
La falta de voluntad política y administrativa para combatir el delito de Trata de Personas en Medellín desmotiva. Las víctimas pierden cualquier interés en denunciar.
Por Natalia Zuluaga Rivera - nataliaprocentro@gmail.com
Se me acercó una mujer a contarme que en la Comuna 2 de Medellín, un conocido pedía mujeres interesadas en viajar al exterior. “Búsqueme mujeres bonitas entre 18 y 19 años”; carne fresca para comercializar, dirían algunos. Tiene una hija de 12 años y jamás lo haría, pero siguió la corriente y preguntó por el negocio. Respondió: “Por cada modelo que consiga le pago a usted $1’000.000. La modelo adquiere una deuda por trámite de pasaporte y tiquetes aéreos, pero lo paga rápido allá trabajando”.
Las modelos desconocen que, aceptado el negocio para ir al exterior, son acogidas por grupos criminales de trata de personas que las explotan sexualmente. Son sometidas, las vuelven adictas a las drogas para que su deuda siga creciendo con la organización y se conviertan en sus esclavas.
El 30 de julio se conmemora el día Mundial contra la trata de personas. Hace unos días el Concejo de Medellín, por iniciativa del concejal Daniel Duque, puso sobre la mesa un tema del cual poco se habla: La ESCNNA - Explotación sexual y comercial de niños, niñas y adolescentes y la trata de personas. Se conocieron cifras alarmantes.
Entre 2020 y 2022, se reportaron en Medellín 21 casos de Trata de Personas. En los últimos 3 años, solo se logró una captura por este delito. La secretaría de seguridad de esta Alcaldía justifica su inoperancia y poca efectividad diciendo que la Trata de personas está ligada a delincuencia organizada, dificultando su intervención para judicializar. El peligro es latente, pero esa es la labor de los policías especializados, enfrentarse a estos grupos delincuenciales y rescatar a las víctimas.
La falta de voluntad política y administrativa para combatir el delito de Trata de Personas en Medellín desmotiva. Las víctimas pierden cualquier interés en denunciar, es como si las autoridades hicieran caso omiso a sus voces de auxilio, como si quisieran ocultar esta realidad o beneficiarse de la mafia criminal.
No es casualidad que la taquillera película Sound Of Freedom, estrenada ya en Estados Unidos, no tenga fecha de estreno en Colombia, a pesar de haber sido filmada aquí. No entiendo por qué una película extrajera tenga que contarle al mundo lo que pasa en ciudades como Cartagena y Medellín con el delito de trata y cómo se comercializan nuestros niños, cual sacos de plátano.
El tráfico de niños lo tuvo que poner sobre la mesa el productor de cine mejicano Eduardo Verástegui, basándose en hechos reales que muestra el rescate de 127 niños víctimas de trata realizado por Timothy Ballard, ex-agente de Estados Unidos, que renunció a su trabajo con el Gobierno para dedicarse a salvar vidas de miles de niños.
¿Dónde están en Colombia nuestros hombres valientes que salvan vidas? ¿Será que tenemos que acudir a agencias de seguridad extranjeras para salvar la vida de nuestros niños? No podemos guardar más silencio frente a este tema. Si callamos, lo estaremos normalizando y nos estaremos convirtiendo en cómplices criminales. Son 7 millones de víctimas de trata de personas en el mundo y esta película no es una fantasía, es una realidad que vive nuestro país.