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Mientras la población aumenta, el agua disminuye debido al mal uso del planeta, en el que llegamos al colmo de beber agua en botellas plásticas (con los residuos que estas contienen) para supuestamente lograr más salud.
Por José Guillermo Ángel R. - memoanjel5@gmail.com
Estación H2O, a la que llegan gusanitos, mariposas, grillos, pájaros y gallinas, ganado vario, animales de la selva y el desierto, las montañas y los valles; seguidos por peces chicos y grandes, bacterias necesarias o peligrosas, microbios con cola o sin ella, plantas altas y bajas, frutas redondas o largas, el sol y los humanos que la usan para beber (lograr vivir), cocinar, amasar, refrescarse, asearse, limpiar espacios y objetos, mezclarla con superficies duras para ablandarlas, sentirla correr por entre los dedos, mirarse en ella y ver las ondas que crea una piedra que le cae encima o la forma de lluvia en la que llega desde las nubes Pero no todo en el agua es vida sino también elementos que la matan o la dañan, como detergentes, plásticos, aceites quemados, fibras sintéticas, mercurio y otros elementos químicos proveniente de las minas, las fábricas, los hogares y las alcantarillas de las ciudades que desembocan en cualquier parte para que esos Respel (residuos peligrosos) dañen la tierra erosionándola o convirtiéndola en un miasma, que eso es lo que pasa cuando el agua mal usada es basura.
Se ha dicho que la tierra, según la geografía, son tres partes de agua por una de piso seco. Pero de toda esa agua que tenemos, la del mar no se puede beber toda (aunque ya desalinizan parte para el consumo humano y los riegos) y la que queda (la dulce) es la misma que la de hace 10.000 años, pues el agua no se multiplica como los organismos vivos y así no hay ríos que críen arroyitos o lagos que saquen de paseo a sus laguitos. Y si bien hay lluvias (a veces ácidas) que desbordan los causes, estos regresan a su cantidad original de líquido, siempre y cuando no haya sequías, daños ambientales severos (las pilas propician uno) o la maquinaria minera (lo que incluye al fracking) no la seque o destruya sus humedales, como sucede ahora que la economía extractiva da buenas utilidades a cambio de que no haya dónde vivir ni cómo.
Uruguay, un país verde de América, en este momento está sin agua, como estará Ucrania por la contaminación que produce la guerra (basta ver cómo se secó la vega del Éufrates). Y mientras la población aumenta, el agua disminuye debido al mal uso del planeta, en el que llegamos al colmo de beber agua en botellas plásticas (con los residuos que estas contienen en hongos, mohos, etc.) para supuestamente lograr más salud y, al tiempo, producir contaminación no biodegradable. Y bueno, en esta locura, alguien decía: si se acaba el agua, tomaremos gaseosa sin azúcar.
Acotación: el agua es vida, por eso todos los ritos religiosos la incluyen. Pero lo estamos olvidando y, cuando no haya ya agua, los últimos que queden se beberán a sí mismos tomándose selfies no felices.