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Columnistas | PUBLICADO EL 06 octubre 2022

¿Se mueve algo en Cuba?

El caos en la isla hace que la depreciación siga al alza, tanto por la crisis económica como por la cantidad de cubanos que buscan dólares, bien para escapar o para disponer de un valor refugio.

El paso del huracán Ian por el Caribe camino de La Florida no solo ha dejado un reguero de destrucción, sino de desesperación. El impacto devastador de la tormenta tropical, peor incluso que Katrina, que en 2005 se cebó con la Luisiana y con Nueva Orleans en particular, no tiene la misma intensidad entre quienes han perdido un barco de recreo, caso de los centenares de yates varados en los cayos de Florida, que entre los que han perdido todo, desde la cosecha hasta una embarcación pesquera. En el caso de Cuba, asolada por el comunismo y la inflación —a cada cual, peor—, la gente ha salido a las calles no a echar una mano, que también, sino a protestar por la ineficaz gestión de la tragedia por parte del régimen.

Sirva de ejemplo de la destrucción la industria tabaquera cubana, la cuarta mayor de la isla por ingresos, absolutamente pulverizada tras el paso de Ian. Los propios medios oficiales reconocen el daño masivo, “tanto en toneladas como en calidad de un cultivo que aporta cada año cientos de millones de dólares por concepto de exportación”, según el diario oficial Granma. En la principal región productora de tabaco del país se han dañado el 90 % de las 12.000 casas de cura natural, donde se almacenan las hojas de tabaco para su secado. En consecuencia, se han arruinado cerca de 11.000 toneladas de tabaco, poniendo en riesgo 200.000 empleos.

El divorcio del régimen castrista del pueblo es más que evidente 14 meses y medio después de la rebelión popular del 11-J, que ha dado lugar a una de las mayores olas represivas de la historia reciente de Cuba y a uno de los mayores éxodos, en el que más de 200.000 cubanos han salido de la isla-cárcel en los últimos meses. A la falta de alimentos y los precios se han unido los apagones, intensificados por el paso de Ian, que han dado en la calle con miles de cubanos que, quizá por primera vez, protestaban en masa. De hecho, la organización Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) ha documentado el pasado septiembre 364 protestas, lo que, según su registro, es la cifra más numerosa desde julio de 2021. Ha habido 43 cacerolazos, bloqueos de caminos y marchas, sobre todo en La Habana, pero también por toda la isla.

Para más inri, el dólar ha alcanzado los 200 pesos cubanos (cup) en el mercado informal de la isla, una tasa de cambio inédita, según el índice del medio independiente El Toque. El euro, por su parte, se situó en los 198 cup y la divisa virtual del gobierno cubano, la Moneda Libremente Convertible (MLC), alcanzó los 195 cup, según este sistema que sigue transacciones en diversas páginas web y que emplean como referencia los economistas. Hace justo un año el dólar estaba a 65 cup en el mercado informal y a 115 cup el pasado 1 de agosto. El caos en la isla hace que la depreciación siga al alza, tanto por la crisis económica como por la cantidad de cubanos que buscan dólares, bien para escapar o para disponer de un valor de refugio.

Mientras el régimen se muestra cada día más cruel y sobrepasado, otras dos tormentas tropicales se están fraguando en el Atlántico, una de ellas con altas probabilidades de convertirse en huracán y atravesar otra vez Cuba. Quizá lo que no lograron los gringos, la caída del muro o el fracaso del propio castrismo, lo logre el viento. Veremos si sopla hacia la libertad 

Humberto Montero

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