Pico y Placa Medellín
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Hoy debemos estar en pico de inscripciones de gimnasio, de venta de apio y espinaca para hacer jugos verdes detox, de venta de libros para cumplir la meta de al menos una veintena al año.
Por Juliana Restrepo Cadavid - JuntasSomosMasMed@gmail.com
En el 2007, mi twitter era un parche de blogueros. Nos leíamos, los leía: Permiso me desahogo de @animesa, El ojo en la paja de Camilo Jimenez, el de Alejandro Gaviria, el de @bluelephant. Por esa época empecé a leer a Tina Roth Eisenberg, una diseñadora suiza, (https://www.swiss-miss.com/) y a Joanna Goddard, una escritora americana, (https://cupofjo.com/) y se me quedaron como lecturas fijas que sobrevivieron el paso de los años: el de Tina, porque es pura inspiración creativa y el de Joanna, por las historias. El año pasado, haciendo scroll en swiss-miss, me encontré esto que copio traducido por mí “Cuando era niña, no conocí a ninguna mujer relajada. ¿Mujeres exitosas? Sí. ¿Mujeres productivas? Infinidad. ¿Mujeres ansiosas, asustadas y arrepentidas? Montones de ellas. ¿Pero mujeres relajadas? ¿Mujeres tranquilas? ¿Mujeres que no dividen sus días en espacios de productividad de media hora? ¿Mujeres que priorizan el descanso, el placer y el juego? ¿Mujeres que no tienen miedo de ocupar un espacio en el mundo? ¿Mujeres que se dan permiso incondicional para relajarse? ¿Sin culpa? ¿Sin disculpas? ¿Sin sentir que necesitan ganárselo? No estoy segura de haber conocido a una mujer así. Pero me gustaría volverme una”, escribía Nicola Jane Hobbs.
Los que me conocen saben que soy intensa con mis temas y que este párrafo anterior se volvió mi mantra. Creo que he compartido el pantallazo por whatsapp más de veinte veces. Incluso tengo amigas que me han escrito “Juli, mandame urgente el mensaje ese de la relaxed woman”. Desafortunadamente, muchos días, ellas son, yo era, yo soy, una mujer que divide sus días en espacios de productividad de media hora. Desafortunadamente, muchos días, ellas son, yo era, yo soy, una mujer acelerada.
Hoy debemos estar en pico de inscripciones de gimnasio, de venta de apio y espinaca para hacer jugos verdes detox, de - espero, ojalá - venta de libros para cumplir la meta de al menos una veintena al año. Estamos en el momento en que muchos no solo tenemos propósitos, sino que los estamos cumpliendo a cabalidad. Llevamos 18/18 días cumpliendo, estamos melos. Mi meta es seguir avanzando cada día hacía esta persona que quiero ser. Ir más lento, priorizar mi descanso. Darme cuenta de que el mundo sigue sucediendo a este nuevo ritmo, que nada se está rompiendo, que mi rapidez e hiperproductividad no eran necesarias. Darle el valor al ritmo preciso, confiar en mi intuición e ir construyendo un nuevo liderazgo alrededor de estas ideas. Pero también, tener una postura que se sacuda solo lo suficiente con las angustias impuestas y que ponga la tranquilidad y el balance en la cúspide.
Hay metas silenciosas, pero aprovecho esta columna para volver esta meta pública. No para que ustedes me midan y me digan en agosto “vas bien” o “vas llevada” sino porque siento que como sociedad este debería ser un gran propósito común. Ser una sociedad así. Ser mujeres y hombres así. Que lo más play sea estar relajada. Que cuando la gente diga cosas como “no tengo un segundo”, “yo nunca salgo antes de las siete de la oficina”, “me toca trabajar todo el fin de semana”, “este asunto me estresa demasiado”, todos volteemos los ojos con cara de Lindsay Lohan en Mean Girls y mirada de “Mor, eso no está bien. Recuerda: relaxed is the new black”.