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Columnistas | PUBLICADO EL 15 mayo 2019

Reflexión de una estudiante sobre el amor a la familia

Por Sofía Velásquez Correa*

Cada día, de generación en generación, nos inculcan el amar a la familia como lo más importante y apreciado. Pero como sabemos, no todas las familias son iguales, en cada una hay diversas dificultades, problemas que al transcurrir son más pequeños o se vuelven aún más grandes. Situaciones por las cuales se puede luchar y esforzarse para mejorar o cambiar, pero como todo en la vida, tiene un límite: la violencia, lo tóxico y el abuso son diferentes.

Pregúntate: ¿es justo amar por obligación, es justo amar donde no te sientes bien? No, no es justo amar solo por el hecho de ser personas con tu misma sangre.

Dejemos los mitos y seamos realistas, el hecho de perdonar no significa que tenga que amar por obligación. Soy estudiante, curso noveno grado y tengo la oportunidad de amar a mi familia y se siente muy bien, pero tengo personas que me rodean y sufren al amar. El amor no debería ser violento ni marcar tu vida de manera agresiva. Al fin y al cabo todos tenemos un propósito, ¿cuál es el tuyo?

* Estudiante, Unidad Educativa San Marcos (Envigado)

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