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El Congreso debe reducir el monto del presupuesto como mínimo en los 26 billones que Petro quiere en la tributaria y obligar al gobierno a ser austero.
Por Rafael Nieto Loaiza - opinion@elcolombiano.com.co
El presupuesto del 2023, el último propuesto por Duque, fue de $350,4 billones. El que quiere el gobierno para el 2026 es de $556 billones. Un crecimiento del 58,7%.
En materia de inversión, se ha pasado de $69,6 billones en 2022 a $88.8 en la propuesta del 26, un aumento del 27,6%, apenas por encima de la inflación acumulada.
En cambio los gastos de funcionamiento han subido de $210,1 billones en 2022 a $329,3 billones en 2025 y el gobierno proyecta $365.8 para el próximo año. El crecimiento del funcionamiento ha sido enorme, un 74,1%, más de tres veces la inflación.
La nómina del gobierno central ha aumentado de 1.318.729 servidores públicos en 2022 a 1.398.483 personas en agosto de este año, según la Función Pública. Mientras tanto, el promedio anual de los aumentos salariales en el ejecutivo en este gobierno ha sido de 10.83%, más del doble del 4,96% entre 2018 a 2022.
Al mismo tiempo, este año el gobierno ha disparado la celebración de órdenes de prestación de servicios. En seis meses de 2025, ha celebrado 394.600 OPS y ha gastado $14,1 billones en estos contratos cuando el promedio anual desde 2018 ha sido de 17,6 billones. Según Mauricio Cárdenas, “cada día se están firmando 2.600 contratos de prestación de servicios”. A ese ritmo, Petro celebraría 949.000 OPS en 2025, más del doble de los 486.500 de promedio anual desde 2018.
Ahora, en este gobierno la economía se ha frenado de manera significativa. En 2021, el PIB creció 10,6% y en 2022 lo hizo 7,5%. Pero con Petro se desplomó. En 2023, el PIB aumentó apenas un 0,6%, el más bajo en décadas, exceptuando la pandemia. En 2024 mejoró marginalmente para llegar al 1,7%. Este año podría alcanzar entre el 2,5 y el 2,7%, muy por debajo del promedio anual de 3,61% desde el 2000, incluso con la brutal caída del 7% en 2020.
Por otro lado, la DIAN recaudó $228,6 billones en impuestos durante 2022, un incremento del 31,5% frente a 2021. En el 2023 alcanzó los $279,4 billones, reflejo del gran crecimiento de la economía los dos años anteriores. Pero en el 2024 el recaudo tributario total fue de solo $243,6 billones, muy por debajo de los $312,4 billones originalmente presupuestados al inicio del año. ¿Las causas? La caída en el crecimiento, el impacto negativo de la brutal reforma tributaria de Petro, un mal cálculo de los anticipos de renta, el pobre desempeño de sectores clave como el petróleo y la minería, fuertemente atacados y castigados por el gobierno, y el desplome de la inversión (-24,8% en 2023).
La economía, aunque mejorando algo en este año, se comporta muy por debajo del promedio histórico. Sin embargo, este gobierno ha aumentado de manera sustantiva el monto del presupuesto y ha privilegiado el funcionamiento y el gasto en personal, no la inversión. Y sobreestima sistemáticamente el recaudo. Del agudo aumento del gasto sin respaldo en los ingresos, este año se proyecta un déficit del 7,1%, $130 billones de pesos. El gobierno decidió volarse la regla fiscal. Ahora propone un presupuesto enorme, sin base alguna que permita su sostenibilidad, y un tributaria voraz para recaudar $26 billones. La CARF, sin embargo, calcula que el déficit es de $45,4 billones.
El Congreso debe reducir el monto del presupuesto como mínimo en los 26 billones que Petro quiere en la tributaria y obligar al gobierno a ser austero. Y debe evitar que el Gobierno siga haciendo clientelismo y uso político de la nómina y las órdenes de prestación de servicio con miras a las elecciones del próximo año.