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Llama la atención el inexplicable silencio de prácticamente todos los candidatos con la intervención de Savia Salud por parte del Gobierno Nacional.
Por Luis Gonzalo Morales Sánchez - opinion@elcolombiano.com.co
Siempre que se acercan las elecciones para elegir los nuevos mandatarios se hacen balances en los que se destacan los aspectos positivos y negativos de los diferentes sectores y con base en ello se elaboran propuestas para corregir o mejorar su rumbo. No obstante, la salud en Medellín y Antioquia ha brillado por su ausencia entre las prioridades de los candidatos en la actual contienda.
Frente a esta situación cabría hacerse algunas preguntas que ayudarían a entender el porqué de esta omisión. ¿Está todo muy bien en salud, no hay nada que mejorar y por tanto no es una prioridad? ¿Este es un asunto secundario que Medellín y Antioquia deberían resolver cada uno por su lado y no en conjunto? ¿Están conformes los candidatos con que se le haya quitado a la región el manejo de la política de salud que se hacía desde Savia Salud?
Por supuesto que la salud en Medellín y en Antioquia no está bien y tiene muchas cosas por mejorar. Medellín ha construido un modelo de salud basado en hospitales de alta complejidad que cuentan con un 25% más camas que en Bogotá, pero que además de costoso sus resultados son muy inferiores, consecuencia en buena medida del deterioro, producto del abandono, la politización y la desintegración de la atención primaria representada en Metrosalud y en los hospitales de primer nivel del departamento.
El segundo gran problema con la salud en la región es creer que este es un asunto que Medellín y el resto de Antioquia deben resolver cada uno por aparte. La región posee quizás la más amplia, completa y mejor dotada red de hospitales públicos del país, desafortunadamente fragmentada en 125 pedazos en la que cada uno de ellos actúa aisladamente, comenzando por el Hospital General y Metrosalud, lo que destruye la fortaleza que le concedería la unión y hace difícil alcanzar la integralidad en el servicio que es una de las principales quejas de los pacientes.
El tercer aspecto que llama la atención es el inexplicable silencio de prácticamente todos los candidatos con la intervención de Savia Salud por parte del Gobierno Nacional. Le entregaron el manejo de 1,7 millones de antioqueños pobres y más de $2 billones que sostienen en un 60% la red hospitalaria del departamento, a un equipo sin experiencia en este tipo de instituciones provenientes, además, de otras regiones del país. ¿No es esto acaso una afrenta al liderazgo y capacidad paisa?
Medellín y Antioquia han construido a lo largo de su historia un exitoso modelo de cooperación público-privada armónica en distintos campos con excelentes instituciones y resultados en ambos sectores, que en salud fue ejemplo nacional a seguir pero que parecería hoy no tiene importancia, al menos no hace parte de la agenda central de nuestros candidatos que con su mudez aceptan que el manejo de la salud le haya sido entregado a otras regiones del país. Les cedo la palabra.