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Columnistas | PUBLICADO EL 30 junio 2022

¿Por qué la desconfianza?

Un verdadero acuerdo nacional debería incluir instrumentos para la gobernabilidad y también para contribuir, con urgencia, a mitigar la incertidumbre y desconfianza.

Por Mauricio Perfetti del Corral - mauricio.perfetti@gmail.com

Terminó una de las campañas más agresivas y cargadas de odio de los últimos tiempos; podría decirse que fue una muestra ferviente de la “infocracia” de Han. Estas elecciones demostraron nuevamente una persistente y honda división. El presidente electo ha propuesto un acuerdo nacional para generar la gobernabilidad requerida; aun así, existen incertidumbre y desconfianza. Es conveniente determinar las causas de ambas para establecer cuáles pueden ser componentes cruciales del mencionado acuerdo.

La incertidumbre y falta de confianza surgen del complejo contexto económico internacional y nacional. El entorno internacional es de inflación y alertas de recesión; y el aumento de la tasa de interés en Estados Unidos profundiza y expande la incertidumbre económica en el país, la cual se agrava por la frágil situación fiscal, de deuda externa y de alta inflación. A lo anterior se suman las dudas acerca del programa económico del candidato ganador, tal como lo afirma Anif en su comentario económico del 23 de junio.

También, hay que decirlo, contribuye a dicho escepticismo la incredulidad acerca del respeto del candidato electo a la propiedad, al modelo económico y social que ha sustentado el gran avance del país desde la Constitución de 1991 y a la no reelección. Varias de las propuestas y discursos de Petro candidato (prolongación del período presidencial, expropiación), varias de sus actuaciones en la alcaldía de Bogotá (recolección de basuras) y su pensamiento político claramente expuesto en su libro Una vida, muchas vidas (2021) validan lo anterior: afirmaciones como “la tecnocracia no es democracia”, “nuestra idea es fortalecer las empresas e iniciativas públicas”, “la pregunta es: ¿Qué deberíamos cambiar? La respuesta es sencilla: el capital” y que una de las fuerzas motoras de la historia es la lucha de clases.

Un verdadero acuerdo nacional debería incluir instrumentos para la gobernabilidad y también para contribuir, con urgencia, a mitigar la incertidumbre y desconfianza. En este último caso, lo primero es la declaración de acatamiento al artículo 333 de la Constitución Política de 1991, que establece la libertad económica. Es necesario despejar ese gran interrogante asociado con el compromiso de mantener la norma constitucional de la no reelección (artículo 197, inhabilidades para presidente). El acuerdo debería incluir quiénes, y de qué partidos, conformarán el equipo económico, así como los elementos fundamentales de la próxima reforma tributaria (impuesto a personas naturales, a personas jurídicas, tratamiento del IVA y de las pensiones). Igualmente, aclarar la transición energética y horizontes de la exploración y explotación petrolera más allá de los diez años, pues “acabar con la exploración y explotación petrolera en diez años no solo es poco viable, sino irresponsable” (Anif, 2022).

Estos puntos deben ser parte del acuerdo nacional como propuestas trascendentes, no para sumar apoyos incondicionales en el Congreso (como dice el exministro Juan Camilo Restrepo), ni como un slogan del nuevo gobierno, ni como una narrativa para tranquilizar sectores y mercados según pretenden algunos, sino como principios que aseguren el respeto por las instituciones que han permitido el desarrollo del país 

Mauricio Perfetti del Corral

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