viernes
0 y 6
0 y 6
Por Germán Ramírez Zuleta
Colombia tiene una privilegiada posición geográfica por limitar con los océanos Atlántico y Pacífico, que dispuestos en una estrecha zona geográfica nos convierte en la mejor esquina de América.
El primer éxito para la movilidad del país fue en el siglo XIX con la construcción del ferrocarril de Panamá en 1855, lo que estableció un paso interoceánico seco de 77 km para las Américas. Pero en 1903 ocurrió un terrible desacierto con la pérdida de Panamá y nuestro estratégico ferrocarril interoceánico.
En las primeras décadas del siglo XX sobresalimos por tener transporte intermodal, conformado por los ferrocarriles cafeteros, cables aéreos y vapores por el río Magdalena.
Todo ello fue una grandiosa proeza de nuestra movilidad, pero luego se presentó un grave episodio que afectó nuestro país, cuando unos ineptos gobernantes decidieron en la segunda mitad del siglo XX desmantelar nuestro transporte intermodal, a pesar de que eran los medios idóneos para el transporte de carga a nuestros mares.
Mientras todos perdíamos, hubo gananciosos: el transporte por carretera, fábricas de repuestos y llantas, entre otros. Todo fue catastrófico para nuestro país y la economía, y por eso, hemos venido sufriendo una gravísima contaminación ambiental.
Pero según experto que cito, los ferrocarriles e hidrovías son muy eficientes por su gran capacidad de carga, recorrer grandes distancias, y ser poco contaminantes; y mientras en EE. UU los ferrocarriles transportan 60 % de la carga, en Colombia sólo se realiza el 1.5%. A todo ello debemos agregar que el 90 % de los intercambios comerciales se producen por vía marítima, y que la competitividad depende en gran medida de la posición geográfica de los puertos.
Por esas razones, se aconseja establecer la transversalidad del país mediante el sistema férreo, para la salida al mar (desde el Altiplano hacia Urabá o Buenaventura).
Pero como lo vimos antes, perdimos a Panamá en 1903, pero la naturaleza nos dotó de 2 mares con puertos profundos: 1): en el Atlántico tenemos a Urabá, y 2): en el Pacífico, además de Buenaventura, tenemos otros puertos profundos, como el golfo de Cupica. Además de ello, disponemos de los ríos Atrato y Magdalena para establecer el transporte intermodal.
Todas estas ventajas estratégicas nos dan la posibilidad de construir un paso interoceánico seco, que es fundamental: 1) para la salida al Pacífico, donde el Continente Asiático mueve las 2 / 3 partes de la economía mundial; 2) para complementar el flujo del Canal de Panamá; y 3) convertirnos en el eje central del comercio Latinoamericano.
Pero un cuarto de siglo después de la privatización de los puertos, nuestros dirigentes siguen dándoles la espalda a los mares. Además, los puertos caribeños colombianos, empezando por Cartagena y Santa Marta, se han convertido en el epicentro del turismo mundial de los Cruceros, los cuales aumentan cada día más las ventas al exterior de nuestros productos.
Por todas estas realidades, según el director de la Revista Semana, Alejandro Santos, Colombia debe jugar un papel fundamental para el comercio marítimo mundial.