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Para una Medellín sin hambre

¿Cómo es posible que en Medellín, una ciudad vibrante y con recursos, un diez por ciento de nuestros conciudadanos padezcan hambre?”.

07 de diciembre de 2024
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  • Para una Medellín sin hambre

Por Aldo Civico - @acivico

Quizás estás leyendo esta columna mientras disfrutas de un café tras un desayuno con huevos, arepas y frutas. O tal vez no desayunaste porque sigues un régimen de ayuno intermitente. Yo, por mi parte, acabo de desayunar y estoy en mi segundo café, mientras mis dedos se deslizan sobre el teclado para dar forma a estas palabras. Ahora, te invito a reflexionar sobre esto: en Medellín, hay cerca de trescientas mil personas que viven en una situación de inseguridad alimentaria severa, es decir, sufren hambre. Es como si cada habitante de El Poblado y Laureles desapareciera de las mesas de la ciudad, porque el hambre los silencia. Ese es el impacto del hambre en nuestra comunidad: trescientas mil vidas que esperan un plato que nunca llega.

Es una realidad que debería llevarnos a detener el tenedor en el aire y plantearnos algunas preguntas. El jueves subí a Manrique con un grupo de amigos y unas ochenta mujeres, en su mayoría de estrato seis, que han decidido sacudir sus corazones, enfrentar de frente esta vergonzosa realidad de nuestra ciudad y arremangarse para pasar de la tertulia a la acción. Las llaman “las madrinas” y han jurado no descansar hasta que en Medellín no quede ni una sola persona con hambre. “Porque estamos comprometidos con la ciudad”, me dice Mari Mejía. Recorriendo el barrio con ellas, escuchando las historias de familias que apenas logran comer una vez al día, me hice varias preguntas: ¿Cómo es posible que en Medellín, una ciudad vibrante y con recursos, un diez por ciento de nuestros conciudadanos padezcan hambre? ¿Por qué no hemos logrado erradicar de una vez por todas esta plaga en una ciudad cuya alcaldía contará el próximo año con 8.2 billones de pesos destinados a inversión? ¿Por qué cuarenta mil hogares sufren hambre a diario en una ciudad que presume de tener una de las clases empresariales más pujantes e influyentes del país, con fundaciones, cajas de compensación, y artistas del género urbano venerados a nivel mundial? ¿Qué hace falta para que una Medellín sin hambre se convierta en la prioridad de empresas y organizaciones? La ciudad cuenta con todo para resolver este problema de forma definitiva: recursos, conocimiento y talento. Entonces, ¿por qué no lo hacemos?

Ojo, no es que no se esté haciendo nada. Existen organizaciones, iniciativas ciudadanas y empresas de biotecnología que, con verdadera pasión, han priorizado la lucha contra el hambre en Medellín. Las madrinas son solo un ejemplo. Sin embargo, es evidente que el esfuerzo no es suficiente. Creo firmemente que una Medellín sin hambre será posible únicamente si esta visión se convierte en el propósito masivo y transformador de toda la ciudad. Para lograrlo, necesitamos, antes que nada, sentir que el dolor de estas familias nos pertenece, porque somos todos miembros de la misma comunidad. Esto requiere una verdadera conversión de corazones. ¿Es eso lo que nos está faltando? No podemos seguir en la indiferencia. Necesitamos despertarnos. Una Medellín con cero hambre será la señal definitiva de que esta ciudad ha cambiado de verdad, porque cambiaron sus ciudadanos y, con ellos, los lazos que nos unen.

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