x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

Milei y la tendencia anti-incumbente en América Latina

La victoria de Milei es, sobre todo, un capítulo más dentro de una tendencia que se ha asentado en la región en los últimos años: salvo contadas excepciones, las elecciones ya no las ganan los partidos en el poder, sino la oposición.

26 de noviembre de 2023
bookmark
  • Milei y la tendencia anti-incumbente en América Latina

Por David González Escobar - davidgonzalesescobar@gmail.com

Dudo mucho que la victoria de Milei en Argentina sea una señal de una nueva tendencia en la política de América Latina, o que todos los países debamos esperar a nuestro propio Milei en los próximos años. Creo, más bien, que su triunfo es un fenómeno que obedece en parte a la idiosincrasia de Argentina: un país que debería funcionar mejor que cualquier otro en la teoría, pero que por culpa del populismo y las hiperinflaciones no funciona en la práctica.

Sin embargo, la victoria de Milei es, sobre todo, un capítulo más dentro de una tendencia que se ha asentado en la región en los últimos años: salvo contadas excepciones, las elecciones ya no las ganan los partidos en el poder, sino la oposición. En la última década, luego del fin del boom de los commodities, los resultados electorales en Latinoamérica no se correlacionan con el resurgimiento de alguna corriente ideológica específica, sino más bien con un rechazo a los gobernantes incumbentes, independientemente de su afiliación política.

A finales de 2015, Mauricio Macri ganó la Presidencia de Argentina luego de vencer en segunda vuelta al candidato del continuismo kirchnerista¸ Daniel Scioli. Luego, a mediados de 2016, Pedro Pablo Kuczynski salió victorioso en Perú, apalancado en una plataforma que se oponía al saliente Ollanta Humala. En 2017, Sebastián Piñera ganó en Chile, sucediendo como opositor a Michelle Bachelet. En Brasil, en 2018, Jair Bolsonaro ganó sorpresivamente contra Fernando Haddad del Partido de los Trabajadores, asociado con los expresidentes Lula y Dilma Rousseff. Ese mismo año, en México, AMLO logró ser el presidente de izquierda en México desde el fin del monopolio del PRI en el país. Luego, a finales de 2018, en Colombia triunfó Iván Duque, avalado por el partido que había sido la principal oposición a Juan Manuel.

¿Y adivinen qué pasa después? En 2019, Alberto Fernández ganó en Argentina, oponiéndose a Macri. En 2021, Pedro Castillo, con una visión contraria dentro del caos político peruano, ganó las elecciones en su país. A finales de ese año, en Chile, Gabriel Boric, representando las demandas del estallido social, sucedió a Piñera. En Colombia ganó Gustavo Petro, el principal opositor a Duque. En Brasil, Lula da Silva regresó al poder, derrotando a Bolsonaro.

Y así llegamos al pasado domingo, cuando Javier Milei se impuso sobre Sergio Massa, el actual ministro de Economía del gobierno de Alberto Fernández.

Según datos recopilados por Gerardo L. Munck, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad del Sur de California, entre 2003 y 2014, en medio de un ciclo favorable en los precios del petróleo y otras materias primas que trajo prosperidad a la región, el oficialismo triunfó en el 56% de las elecciones que hubo en los distintos países de América Latina. Sin embargo, desde 2015 hasta la fecha, en un contexto marcado por el final de esta bonanza y los desafíos impuestos por el COVID-19, que han afectado severamente a la mayoría de las economías de la región, el panorama se invirtió: el 80% de las victorias en las elecciones de los últimos ocho años han sido para candidatos de la oposición. Mientras las economías de la región no repunten, deberíamos esperar la misma tendencia.

“Es la economía, estúpido.”

Sigue leyendo

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD