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Columnistas | PUBLICADO EL 13 abril 2019

Margarita

Por rafael isaza gonzálezrafaelisazag@une.net.co

Amable lector. Cuando el grupo minga (indígenas, afrodescendientes, campesinos y otros no identificados), en el departamento del Cauca impidieron el tránsito de vehículos en el sur del país, causando enormes daños. Un amigo me dijo que el problema se hubiese arreglado con facilidad. Bastaría que el presidente les ofreciera la posibilidad de trabajar; así, sin la menor duda, se habrían retirado tranquilos.

Un ilustre colombiano, Manuel Uribe Ángel, por la década de los años l880, luego de largas jornadas de trabajo escribió un precioso libro dedicado a la juventud, lástima que nadie lo haya leído. En varias páginas afirma que nuestros aborígenes eran poco o nada inclinados al trabajo. Hasta el presente parece que han sido fieles a esta tradición.

Al margen de los abusos que se cometieron desde la época de la Conquista a la fecha, ellos se han limitado a exigir de todo a cambio de nada. Quizá no sea suficiente lo que el Estado les ha proporcionado, sin embargo, es más fácil saber qué hay al final del agujero negro, que a dónde fueron a parar los recursos oficiales.

De regreso del colegio, Margarita que es casi una niña, le dijo a su mamá que tenía miedo. Ella le preguntó ¿por qué? Porque un compañero le contó que el país estaba invadido de coca que mucha parte se exportaba pero que todos los días acá se consumía más. Luego agregó que era un negocio en el que había tanta gente metida que era imposible de acabar. Antes, la culpa de todo esto era de Juan Manuel Santos; ahora no hay claridad sobre quién es el responsable.

Ella continuó diciendo que en Venezuela, el país hermano, los grupos guerrilleros están creciendo a un ritmo mayor que el de la coca y que ya no hay nadie, como lo hizo en su momento el doctor Vargas Lleras, que en el Congreso mostró los lugares donde operaban las Farc, nunca se volvió a mencionar este asunto. Antes del llamado Acuerdo de Paz eran unos 10.000 hombres en pie de guerra, ahora sumando los de acá y los de allá deben ser muchos más y mejor armados.

En la actualidad mientras el señor presidente se excede en prudencia y procura atender a tirios y troyanos, los grupos de oposición se han vuelto más radicales y menos racionales. Dicho en otras palabras, sus intereses personales prevalecen sobre el interés nacional.

Mamá, dijo Margarita: ¿por qué si en Colombia hay tantos y tan buenos abogados e ingenieros no hay justicia y las obras públicas se demoran tanto y cuestan el doble? La mamá guardó silencio y de sus ojos brotaron unas lágrimas.

En la publicidad de EPM deberían mostrar los estados financieros de 2018: activos, pasivos, patrimonio y cuentas de resultado; con un informe del revisor fiscal y la fórmula mágica para que el daño financiero de tres billones o más en Hidroituango se aplace para la próxima administración.

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