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El filósofo colombiano Carlos Bernardo Gutiérrez murió el 28 de septiembre del 2021 en Villa de Leyva. Nació en Bogotá el 21 de noviembre de 1938, estudió filosofía en la Universidad Nacional de Colombia, obtuvo su título de maestría en la New School for Social Research en Nueva York en 1962 y se doctoró en la Universidad de Heidelberg, Alemania, bajo la orientación de Hans-Georg Gadamer. En 1976 regresó a Colombia y se vinculó al Departamento de Filosofía de la Universidad de los Andes. Posteriormente ingresó a la Universidad Nacional de Colombia, de la cual llegó a ser Profesor Emérito. Fue miembro fundador y presidente, en dos ocasiones, de la Sociedad Colombiana de Filosofía y presidente de la Sociedad Interamericana de Filosofía. Organizó importantes congresos, como el Interamericano de Filosofía en Bogotá, con la presencia de notables figuras de la filosofía mundial, como Richard Rorty y Gianni Vattimo. Obtuvo importantes reconocimientos internacionales, como la Medalla Goethe en Filosofía de la República Federal Alemana, y recientemente le fue otorgado el Premio Internacional Franco Volpi.
El profesor Carlos B., como lo llamábamos sus alumnos y amigos, recibió hace unos años un magnífico reconocimiento académico por parte de la comunidad filosófica nacional e internacional mediante el libro Amistad y Alteridad, organizado y compilado por su esposa, la filósofa Margarita Cepeda, y Rodolfo Arango. Este homenaje es importante porque participaron 22 filósofos de diferentes países y 34 colombianos, que se unieron para expresarle su gratitud, cariño y admiración por su aporte a la filosofía hermenéutica, la consolidación de la filosofía en Colombia y América Latina y su difusión en el mundo académico contemporáneo.
Carlos Gutiérrez fue reconocido por algunos de los más importantes filósofos contemporáneos en su campo de especialización, la hermenéutica. En Alemania, después de finalizar sus estudios, obtuvo una plaza como profesor asistente. Fue discípulo de Gadamer y después fue su amigo. El filósofo alemán Rüdiger Bubner decía que Carlos B. era un “director de orquesta” de la filosofía latinoamericana. Miguel Giusti, filósofo peruano, lo llamó el “Patriarca de la Filosofía Latinoamericana”. En peruano, “Patriarca” quiere decir “persona que por su edad y sabiduría logró ejercer gran autoridad en la comunidad filosófica latinoamericana”. En similar sentido anotó Jean Grondin: “el profesor Gutiérrez es uno de los grandes visionarios de la filosofía contemporánea y suramericana”.
Un rasgo sobresaliente de su personalidad fue su excelente sentido del humor, del que doy un ejemplo personal. En la presentación del libro que escribí con Felipe Piedrahita, De Westfalia a Cosmópolis: soberanía, ciudadanía, derechos humanos y justicia económica global, dijo entre otras: “Para quienes apuramos el áspero trago del título, y lo sobrevivimos, resultó gratificante la lectura de este libro. [...] Pero el título ¿qué horizonte de comprensión ofrece? ¿qué diablos tuvo que ver Westfalia, tierra de buenos jamones y de mejores aguardientes, con lo que suena a título de una película hasta ahora desconocida de Fritz Lang? Eso sí: gracias al libro sabemos que ahora, además de post-modernos y post-metafísicos somos todos post-westfalianos. ¡Lo que nos faltaba!”