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Resistir

Esto puede explicar la parte física. Los especialistas coinciden en que los seres humanos pueden sobrevivir semanas sin comer, mientras que haya algo de hidratación.

30 de marzo de 2025
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  • Resistir

Por Lina María Múnera Gutiérrez - muneralina66@gmail.com

Cuando se leen historias de sobrevivientes en el mar, como la vivida hace poco por Máximo Napa, es natural preguntarse qué tanto hay de suerte, de astucia o de fuerza interior para haber conseguido resistir a todo tipo de adversidades. Porque una cosa es disfrutar desde la literatura historias como la narrada por Homero en La Odisea o por García Márquez en Historias de un náufrago, y otra conocer el testimonio directo de alguien que fue capaz de sobrevivir a lo imposible.

El drama de Napa, un pescador peruano de 61 años, consistió en aguantar durante 95 días a la deriva en el océano Pacífico dentro de su barca artesanal, sin motor y sin radio. Salió del puerto de San Juan de Marcona el 7 de diciembre del 2024 y fue rescatado en estado crítico el 11 de marzo pasado en aguas ecuatorianas, a más de 1.000 kilómetros de distancia de las costas donde había zarpado.

Pero su historia se queda corta al lado de la odisea vivida en 2005 por tres pescadores mexicanos, Lucio Rendón, Salvador Ordóñez y Jesús Vidaña, que acabaron a la deriva durante 286 días, también en el Pacífico, y aparecieron cerca de Australia, a 8.000 kilómetros de donde partieron. Y ya ni qué decir de lo vivido por José Salvador Alvarenga, un salvadoreño que se embarcó en el 2012 y aguantó 438 días a la deriva en ese mismo océano.

El menú de todos estos náufragos parece haber sido el mismo. Cada uno en su momento contó que logró sobrevivir a punta de agua de lluvia, pescados, tortugas de las que bebían su sangre, pájaros, y hasta cucarachas como las que encontró en su barco el peruano Napa. Esto puede explicar la parte física. Los especialistas coinciden en que los seres humanos pueden sobrevivir semanas sin comer, mientras que haya algo de hidratación.

Pero qué fue lo que no los dejó rendirse. Estuvieron a punto de morir o de enloquecer, porque cuando los días se deslizan imparables en la soledad del mar, la cabeza comienza a hacer de las suyas y el delirio es inevitable. Vivieron una experiencia límite y resistieron porque no querían morir. Nunca se entregaron.

Tal vez intuitivamente sabían, como Ryuji, personaje creado por Yukio Mishima, que “en el mar no había gran causa alguna que buscar. En el mar había sólo guardias que unían el día y la noche, tedio prosaico y míseras condiciones”. Tal vez su fuerza residía en las ganas de poder llegar a tierra firme y darse otra oportunidad.

Napa contó que lo que lo animaba era pensar en volver a abrazar a su mamá, un gesto simple de entrañable significado. Como él, cada náufrago encontró en su interior un por qué para sobrevivir, una razón para no apagarse. No solo fue la suerte, fueron las ganas, esas que no hay que perder aun cuando a veces nos sintamos náufragos en tierra en estos tiempos tan convulsos.

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