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Columnistas | PUBLICADO EL 13 abril 2020

La Microempresa y el Coronavirus

Por Fabio Andrés Montoya*

fabioandres@interactuar.org.co

Las microempresas son como las abejas en la naturaleza, ayudan a mantener un equilibrio económico y social en un territorio. La microempresa no discrimina, no exige de educación básica e igual recibe al más docto; sus barreras de entrada y salida son bajas, no requiere de cuantiosas inversiones ni de fórmulas secretas, y si el negocio no da, la experiencia permitirá montar otra empresa. Otro atributo es que la microempresa permite crecer según el gusto y necesidades de cada quien, es un semillero de las grandes empresas del mañana. Imaginémonos un barrio, están la tienda, la panadería, el sastre, el bar, la papelería, entre todos ellos se compran y se venden, generan una riqueza que les permiten pagar sus costos de vida, generan su propio empleo y uno que otro adicional, y, además, están moviendo los negocios de empresas más grandes, la gaseosa, la leche, los minutos de celular prepago.

El coranovirus tiene a muchas microempresas en jaque. En palabras simples, muchas viven de la economía de la calle, tienen una caja, en el mejor de los casos, para una semana y con las calles cerradas no pueden generar ingresos. Según una encuesta del Dane publicada este año, en Colombia hay 4,9 millones de micronegocios, y según Interactuar, emplean en promedio 2,6 personas y venden en promedio 5,5 SMLV; pueden hacer sus cuentas del impacto económico y social que se generará en el país si estas empiezan a colapsar.

De otra parte, llegará la poscrisis, donde probablemente tendremos una tasa de desempleo por los lados del 20 %, lo que significa 1.650.000 personas con necesidad de una nueva fuente de ingresos y donde la microempresa podrá jugar un papel fundamental en generar esas oportunidades y sostener los ecosistemas territoriales.

Así, tenemos un país con el imperativo de reiniciar la economía, con un actor llamado microempresa, enfrentado a un riesgo de insolvencia y que a la vez es la esperanza para empezar a dinamizar la economía de los distintos territorios; estamos hablando de un universo de 6.5m de unidades de negocios que requerimos apoyar como país.

Un desafío de esta magnitud requiere el concurso de muchos actores. Empecemos por el acceso a la financiación: hoy los intermediarios financieros no tenemos la suficiente claridad para analizar quién podrá estar en condiciones de pagar un crédito. Así mismo, con el “congelamiento” de créditos y a pesar de los esfuerzos de Bancoldex, hay iliquidez en el sistema. Dado lo anterior es clave que el Gobierno garantice una buena parte de la cartera existente y nueva de microcrédito y que además siga inyectando liquidez.

Adicionalmente, las microempresas actuales van a requerir de auxilios en torno a sus nóminas, pagos a la seguridad social, impuestos, acceso a mercados, entre otros. También debemos tener presente a esa microempresa que no es formal y que tampoco clasifica a las ayudas sociales del Gobierno y hoy están literalmente pasando hambre, para este grupo se necesitan medidas de carácter social.

Para la poscrisis, con ese universo microempresarial, necesitamos articular y optimizar los esfuerzos de los distintos grupos de interés que le servimos a la microempresa con el ánimo de que se puedan desplegar los recursos financieros, el conocimiento, la formación y la conexión con los mercados. Así, todas estas “abejitas” lograrán polinizar nuestro tejido económico y social, y Colombia volverá a florecer en grande.

* Director Ejecutivo
de Interactuar

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