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Por Juan Camilo Mesa Pinilla
juan@elnutricionistadice.com
Comienza un nuevo año y los colombianos volvemos a nuestros hogares a retomar el ritmo y a iniciar labores académicas y laborales, con una preocupación que ronda por la cabeza de algunos: los kilos de más ganados en estas fiestas.
Vendrán diferentes propuestas, unas sin sentido alguno (pero creíbles para algunos que buscan con desespero resultados) y otras que suenan más atractivas, porque salen de la boca de un profesional, pero que podrían poner en riesgo su salud. Me explico.
Le dirán que existen batidos verdes que le ayudarán a perder peso, pero que se relacionan más con deficiencias nutricionales y posibles problemas renales si su consumo se prolonga y exagera. Le propondrán imanes para los oídos, que no sirven de nada, porque deben acompañarse de dietas restrictivas y poco saludables. Hablarán de inyecciones hormonales no aprobadas, siquiera, por el Invima. Y así...
Incluso, cuando vaya donde un profesional de la salud indague también por el tipo de dieta que le proponen, ya que algunas propuestas dietarias, como la hoy famosa dieta “keto” o cetogénica (coadyuvante positivo sólo en ciertas enfermedades) y los ayunos intermitentes, podrían tener más efectos secundarios que positivos para la salud en personas sanas, tal cual lo afirman prestigiosas entidades de salud alrededor del mundo. Además, son restrictivas (a veces) con alimentos considerados saludables.
Mi propuesta es la siguiente: si su deseo para este 2020 es el cambio de hábitos y un mejor estado de salud, consulte al nutricionista dietista, pero, por favor, no caiga en dietas milagro (de rápida pérdida de peso), ni en tratamientos sin evidencia científica, como los mencionados al principio del texto.
La mejor dieta, definitivamente, será esa que tiene en cuenta su estado de salud, la evidencia científica actual y a usted como persona y eje individual.