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Columnistas | PUBLICADO EL 04 agosto 2022

La educación moderna

Sin educación, sin conocimientos, no se ve futuro positivo para la juventud. Por lo menos, que conozcan la patria desde su nacimiento, que la amen, que sepan de dónde venimos, quiénes nos dieron la libertad.

Por juan gómez martínez - redaccion@elcolombiano.com.co

Es preocupante la educación que se da ahora a los niños y jóvenes colombianos. En los textos modernos no aparecen los símbolos patrios. La juventud no sabe qué significa el escudo colombiano, el himno se lo aprenden sin saber el sentido de cada frase, de la bandera conocen los colores, pero no el significado de cada uno. Todo esto, culpa de las cartillas de lectura para los niños y, por supuesto, culpa de Fecode y sus maestros.

En estos días me llegó una entrevista a niños de octavo grado, daba pesar ver la ignorancia de los mismos. Ninguno supo contestar cuál es la capital de Venezuela. Mucho menos las capitales de los departamentos colombianos.

El himno nacional lo cantan sin saber cuál es su sentido. Por ejemplo, dicen: “En surco de dolores el bien germina allá”. ¿Donde será que germina? No los corrigen para que digan: “el bien germina ya”, en ese momento de alegría porque se consiguió el bien en medio de dolores para la patria.

Sin educación, sin conocimientos, no se ve futuro positivo para la juventud. Por lo menos, que conozcan la patria desde su nacimiento, que la amen, que sepan de dónde venimos, quiénes nos dieron la libertad. Quiénes dieron su vida por dejarnos una patria mejor.

Sin conocimiento de nuestra historia, estamos condenados a repetirla, como lo afirma el dicho popular.

A propósito de ese dicho, hoy estamos en ese momento, estamos al borde del abismo, estamos frente a un futuro incierto desde el próximo 7 de agosto, cuando se inicia un gobierno producto del desconocimiento del pasado de quien asume la Presidencia.

Se necesita un cambio, eso decían quienes llevaron al solio de Bolívar al personaje de un pasado tenebroso. No decían cuál debía ser el cambio, hacia dónde deberíamos conducir el país. Con esa incertidumbre, eligieron al peor de la baraja.

Por fortuna, tenemos unos guardianes del orden que sí son unos verdaderos patriotas. En Dios y en ellos confiamos nuestro futuro, para que se gobierne con apego a la Constitución y las leyes.

La esperanza es que no se frene el desarrollo; con el impulso que se dio en el gobierno de Duque, Colombia marcha hacia un país en pleno desarrollo. Un país que, con sus riquezas naturales, merecía estar dentro de los más desarrollados de la Tierra. Apoyaremos y aplaudiremos los aciertos del nuevo gobierno, pero estaremos atentos para criticar y que se rectifique si el camino, en algún momento, se traza por el sendero equivocado.

El Congreso de la República, los organismos de control y los ciudadanos estaremos vigilantes para no permitir que se tome un rumbo peligroso. Colombia merece el esfuerzo de todos para sacarla adelante.

Que Dios nos lleve de su mano para seguir el camino correcto de la patria. Que el rumbo que tomemos sea el que nos conduzca al desarrollo que merece Colombia con sus recursos naturales. Así no le guste al nuevo mandatario, que el Creador esté a su lado 

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