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El Barómetro de Confianza encontró los países con la mayor polarización, en grado muy alto “Severely Polarized”. Son seis países, más o menos en este orden de gravedad: Argentina, Colombia, Estados Unidos, Suráfrica, España y Suecia.
Por Juan Carlos Manrique - jcmanriq@gmail.com
Una sociedad que conversa descubre su estrategia emergente y, así, descubre cómo ser una mejor sociedad. Una sociedad altamente polarizada, es una sociedad en la cual es imposible conversar, se destruye la solidaridad, se amplían las brechas y se desecha el respeto.
Edelman, es una agencia global de comunicación que creó el “Barómetro de Confianza”. En su más reciente informe, encontró los países con la mayor polarización, en grado muy alto “Severely Polarized”. Son seis países, más o menos en este orden de gravedad: Argentina, Colombia, Estados Unidos, Suráfrica, España y Suecia. Miremos a cien mil pies de altura, cada caso, omitiendo Colombia, sobre el cual tenemos suficiente ilustración.
Argentina. El país está profundamente dividido entre los partidarios del peronismo y los partidos del nuevo gobierno. Soporta una inestabilidad económica estructural, que incluye alta inflación, devaluación de la moneda y una elevada deuda pública. Sufre igualmente una persistente desigualdad y altos índices de pobreza. Los medios de comunicación y las redes han tomado partido por las ideologías.
Estados Unidos. Se ha exacerbado la división entre los partidos republicano y demócrata, con marcadas diferencias ideológicas en cuestiones como la inmigración, la atención médica, el cambio climático, el control de armas y la resolución de los conflictos mundiales. Movimientos como Black Lives Matter, así como los debates sobre el aborto, el uso de la IA, la identidad de género y la desigualdad económica, están impulsando la polarización aumentada por un alto grado de desinformación y fragmentación de la comunicación.
Sudáfrica. Sigue siendo una de las sociedades más desiguales del mundo, y las tensiones raciales históricas, arraigadas en el apartheid, no se han superado. Lo cual se traduce en protestas violentas y en la altísima dificultad para conversar sobre la reforma agraria, la seguridad y la representación política.
España. ¿Cuándo se enterarán los españoles que viven en el cielo? Los partidos políticos se la pasan insultándose. Las tensiones creadas por los movimientos independentistas, los Okupas, los anti-turismo e inmigración, han mostrado las costuras del conflicto sobre la identidad nacional, la autonomía regional y la frustración económica.
Y por último Suecia. Los debates sobre la inmigración, el aumento de las tasas de criminalidad y los desafíos al estado de bienestar están que arden. Esto ha creado una marcada división entre las regiones urbanas-liberales y las áreas rurales-conservadoras. Los líderes se han desconectado de las luchas cotidianas de los ciudadanos. Muchos pronostican el fin del sueño socialdemócrata. El auge de los movimientos populistas está simétricamente relacionado con la confusión de los ciudadanos y la tarea de desinformación muy bien orquestada en las redes sociales. La posverdad nada a sus anchas.
Así las cosas, si por acá llueve y muy duro, por allá no escampa. La polarización es uno de los principales síntomas del fracaso de los liderazgos. Tenemos problemas comunes con la mayoría de los países. Muchos países los están resolviendo. Pero otros no, incluido Colombia. ¿Por qué? Porque, entre otras cosas, a muchos de sus ciudadanos y líderes se les olvidó conversar. Solo quieren convencer. El poder. Ganar. ¡Vivan las ideologías! Es su mantra.