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No puede ser que el subsidio familiar en dinero que perciben mensualmente millones de trabajadores no se siga pagando porque cada vez los trabajadores tienen menos beneficiarios a cargo o porque el subsidio prescribe.
Para mi uno de los avances sociales más significativo de Colombia, se remonta a la creación del subsidio familiar y las cajas de compensación familiar. Es interesante entender como el origen de las cajas se remonta a 1.954, cuando un puñado de empresarios antioqueños, ante el inminente deterioro de los salarios y el alto costo de vida, decidieron otorgar un subsidio económico a los trabajadores por cada uno de sus hijos. Esta historia completa y llena de logros, confirma que más allá de leyes y decretos, lo más importante es el espíritu superior de una cultura de solidaridad y equidad fraterna.
Las cajas de compensación son un termómetro permanente de la economía formal, del empleo y de la productividad. Se convirtieron en una herramienta para nivelar un poco la cancha con beneficios tan importantes como el subsidio familiar, el cual apoya las cargas económicas y el sostenimiento de las familias de los trabajadores. El subsidio es una significativa prestación social a cargo de las cajas, a la que pueden acceder los afiliados que ganen hasta cuatro salarios mínimos y que tengan personas a cargo, como hijos menores o discapacitados, hermanos o padres mayores de 60 años. Para este año, la cuota monetaria mensual oscila entre 50 mil y 85 mil pesos por dependiente. Los trabajadores afiliados que ganan menos de cuatro salarios mínimos son actualmente 9.5 millones, lo que representa el 89% del total de afiliados. Este año, las cajas pagarán cerca de $2,7 billones de pesos por este subsidio monetario. Una cifra mayúscula.
Pero debido al profundo cambio demográfico y al menor número de nacimientos, entre otras razones, cada vez es hay menos trabajadores y beneficiarios a quienes asignarles estos recursos. Las destinaciones del subsidio monetario no se están usando. Se están perdiendo.
¿Es hora de cambiar el alcance del subsidio monetario? Un total y contundente, sí, ¿Por qué? Porque una idea tan innovadora y tan bien ejecutada en materia social, como ha sido la creación de las cajas de compensación familiar y el paquete de subsidios sociales, no puede perder su norte, su espíritu y su impacto en los hogares más necesitados.
El criterio que los beneficiarios de la cuota monetaria deben ser menores de 18 años se queda muy corto. Todos los dependientes mayores de 18 años y que además pueden estar estudiando, quedan automáticamente excluidos. Esto no tiene sentido.
Por eso, es perentorio reformar este criterio de acceso a la cuota monetaria y aumentar su valor. Se debe analizar cómo pasar del criterio de menores de edad al concepto integral de dependientes, sobre todo para apoyar a los hogares, cuyos dependientes están estudiando y son mayores de 18 años. Lograr esto, es honrar el espíritu de aquel grupo de empresarios antioqueños que hoy está siendo emulado por más de 650.000 empresarios.
