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El cierre y el inicio de un año, siempre es un momento que invita a la reflexión. Días que se sumaron y que, como diría el poeta del sur, uno tras otro son la vida. ¿Qué hicimos el año anterior? ¿Qué queremos hacer el que llega? Reflexiones y propósitos se funden para determinar cómo queremos que sea ese 2025 que apunta ya en las ventanas. De eso se trata todo, de repensarnos y de visualizar y construir el futuro que queremos para nosotros y para los seres que queremos. Con el paso de los años me ocurre que, aunque sé y entiendo la importancia de alcanzar cierta seguridad económica, cada vez son más importantes otras cosas: la salud propia y la de los seres que amamos, poder compartir con los amigos una conversación, ver un atardecer, ciertos momentos de soledad y silencio cosas en apariencia simples, pero que le dan otro sentido a la existencia.
Por mi parte, aspiro leer más y estar menos en redes como X (Twitter), un hervidero de odios y de violencia sin sentido. Trataré de estar más presente en LinkedIn que es una red profesional de muchos contactos y aprendizajes. Me alejaré de personas que actúan sin un propósito superior en sus vidas y en sus trabajos, que lo que hagan no solo impacte de manera positiva a los otros, sino también al planeta. Buscaré estar más activo en lo público, sin figurar, más bien para apoyar líderes conscientes de la necesidad de un cambio en nuestra sociedad y que busquen unir, personas con la mística profunda de servir con honorabilidad. Y también me propongo ser más crítico y directo con todo aquello en lo que asome la corrupción, no podemos tolerar como ciudadanos dirigentes que busquen lucrarse de lo público y que no entiendan que se deben a la sociedad y trabajan para ella.
En este orden de ideas, la familia tendrá, en este nuevo año, un papel preponderante. Cultivaré los amigos sinceros, inclusive aquellos con que hace tiempo no tengo contacto y me alejaré de aquellos que siento que son pasajeros y que se acercan con un sentido utilitario. Leeré más sobre las temáticas que me gustan: innovación e historia de Antioquia. Trabajaré lo justo porque creo que largas jornadas que no te generen equilibrio son dañinas para tu salud y te alejan de lo importante. Serviré más a quienes no me conocen, pero lo necesitan, creo que la verdadera felicidad es transformar vidas sirviendo a otros. Veré menos noticieros colombianos y más internacionales, creo que el amarillismo para adquirir usuarios y ganar dinero es bastante malo para la sociedad. Buscaré ser positivo y me alejaré de personas negativas y que hablen mal de otros. En fin, hay que creer que podemos construir bienestar alrededor de nosotros que nos permitan un buen vivir y una sociedad más amable con espacios para la esperanza y la tranquilidad.
