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Llegó el momento de liberar parte de nuestro potencial productivo o quedarse en la ideología del decrecimiento, que nos deja en la pobreza y la bobada.
Por José Manuel Restrepo Abondano* - Jrestrep@gmail.com
Muchas veces nos preguntamos sobre cuál podría ser la forma para salir de tan bajo crecimiento, tan pobre productividad y la enorme dificultad que tenemos para salir de las fantasías de supuestos avances. Un ejemplo de eso son las cifras de empleo, que supuestamente nos muestran maravillas en la tasa de desempleo. Pero no podemos caer en “espejitos de vidrio”. La tasa de desempleo ha mejorado en todos los países emergentes y de los países donde menos mejora es Colombia. Pero además súmele que hay un flujo masivo de colombianos que están saliendo del país por los temores e incertidumbre que vivimos hoy (disminuye la oferta laboral), y que sólo en los datos del último mes 67% del empleo generado es empleo precario, y otro tanto hasta llegar a más del 75%, es burocracia estatal. Es la “lógica del rebusque” o de las “corbatas”. Un empleo poco deseado y poco sostenible.
Justo por eso me encantó el Informe Anual de Competitividad. Me gustó su lógica pragmática antes que ideológica. Me gustó su llamado a superar mentalidades cortoplacistas, que por ejemplo no ven las oportunidades en el sector minero, o creer que la única salida es el “borrón y cuenta nueva”. Pero también me gustó la conciencia que necesitamos ser audaces, para por ejemplo avanzar en forma y sin temores a conectarnos con otros países de Asia. ¿Por qué no pensar en TLCs con Japón, Indonesia, India o Malasia? o a ser menos temerosos a una estrategia agresiva de desregulación.
Me gustó además que es muy coincidente con el Informe más importante de Europa sobre competitividad, presentado recientemente por Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo. Dicho informe propone audacias que Colombia debería considerar.
Me refiero a motivar políticas públicas y privadas que liberen el potencial del territorio. Cómo no incluir una política que elimine el 50% de la carga regulatoria que le hace la vida imposible al micro y pequeño empresario o emprendedor y otra que multiplique por 7 la inversión en innovación teniendo como actor principal al sector privado.
O cómo no aprender de la propuesta de bajar los precios de energía en Europa con una aproximación pragmática que multiplique la oferta de proyectos de energía renovables, la “libertad de permisos” o permisos ambientales “express” en nueva generación de energía e incentivos (revisando la carga tributaria) que movilicen masivamente los recursos privados en energías renovables. Todo eso, en lugar de la tonta ideologización de los “cantores del decrecimiento” que nos tienen ad portas de un apagón en 2027 por hacer lo contrario. Y finalmente por qué no proponer un nuevo proyecto de desarrollo de minerales críticos (cobre, litio, coltán, tierras raras y otros), que se empiece a implementar en el país. En un mundo que pelea por minerales críticos, Colombia es uno de los pocos países que los tiene, pero aún no ha decidido si quiere ser jugador o sólo perdedor.
Llegó el momento de liberar parte de nuestro potencial productivo o quedarse en la ideología del decrecimiento, que nos deja en la pobreza y la bobada. “Y pa la bobada no hay nada”. En cambio para los audaces, hay riqueza a liberar.
*Rector Universidad EIA