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Por Jimmy Bedoya Ramírez - @CrJBedoya

¿Quién escribe la historia?

12 de junio de 2025
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  • ¿Quién escribe la historia?
  • ¿Quién escribe la historia?

Por Jimmy Bedoya Ramírez - @CrJBedoya

En los últimos años, ha aumentado la publicación de libros firmados por quienes son símbolos del miedo y la violencia en nuestro país —narcotraficantes, sicarios, guerrilleros, y corruptos que posan de autores respetables— y ocupan las estanterías principales de las librerías. Historias que se venden como testimonios, pero en el fondo configuran una peligrosa alteración de los hechos y del relato moral. ¿En qué momento permitimos que los victimarios se convirtieran en autores de la narración nacional?

Hay algo inquietante en esta tendencia. La historia oficial, esa que deberíamos construir desde la verdad, la dignidad y la reparación, está siendo desplazada por narrativas maquilladas, versiones convenientes que distorsionan los hechos, borran responsabilidades y ofrecen una falsa redención, y mientras tanto, los verdaderos héroes callan. Los policías y soldados que entregaron su vida sin pedir aplausos, los jueces y fiscales que resistieron amenazas, las madres que criaron en medio del fuego cruzado, los líderes comunitarios que han apostado por la convivencia... todos ellos permanecen en el anonimato, sin cámara, sin editorial, sin voz.

Colombia no solo enfrenta una batalla contra la violencia física, también libra una lucha silenciosa por la memoria, por el relato que quedará impreso en las próximas generaciones. Sobre el conflicto armado y las heridas hay que escribir, sin embargo, el problema radica en que los autores de moda son, muchas veces, quienes lo originaron y agravaron. La violencia se vuelve mercancía, y el morbo reemplaza al juicio ético. ¿Quién tiene el derecho de contar el pasado? ¿Y bajo qué lente se está moldeando el imaginario colectivo?

Es urgente construir una narrativa de la dignidad y la veracidad, no desde el odio ni desde la negación. Necesitamos que quienes han servido con honor y han construido país desde la legalidad, el servicio y la resiliencia se atrevan a contar y dejar testimonio. Si la historia queda en manos de quienes la traicionaron la versión oficial será escrita por aquellos que hicieron del crimen su carrera y del remordimiento un negocio editorial.

Este no es solo un debate sobre libros. Es una batalla cultural por la memoria ética de la nación. El relato es poder: define qué admiramos, qué rechazamos, qué repetimos; al exaltarse al criminal que posa de arrepentido y justifica con cinismo sus delitos más que al ciudadano íntegro, la reconstrucción social del país queda viciada.

Promovamos la memoria viva de quienes han actuado con honor y rectitud en defensa de los valores de nuestra nación. Rescatemos sus voces, publiquemos sus historias, visibilicemos su legado. Escribir desde el servicio, el coraje y la esperanza no solo es un acto de justicia: es un acto de pedagogía colectiva.

Reconstruir el relato de nuestro país implica un ejercicio de autenticidad en los personajes, veracidad en los hechos y pensamiento crítico que denote un sentido ético de guía en valores y acción para las generaciones futuras. Escribir la Colombia que soñamos, no la que nos contaron entre balas y disculpas mal actuadas.

Al final, la pregunta no es solo “¿quién tiene el derecho de escribir la historia?”, sino también: ¿quién se atreve a reescribirla con verdad y honor?

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Por Jimmy Bedoya Ramírez - @CrJBedoya

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