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Columnistas | PUBLICADO EL 01 noviembre 2019

¿Hacia un Ministerio “de segunda” (y sin misión propia)?

Por Gonzalo Ordóñez-Matamoros*

viviana.avendano@uexternado.edu.co

Es curioso que se diga con preocupación que, según el borrador de un decreto en discusión, el nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI) se ocupará de manera casi exclusiva a la promoción de la productividad y la competitividad (basadas en el conocimiento y la CTeI) en Colombia, dejando así desiertos otros temas de importancia capital. En realidad, mientras que lo primero no es cierto, lo segundo sí.

El nuevo ministerio no se va a ocupar de la productividad ni de la competitividad. Y, en efecto, tampoco se va a ocupar de otros temas capitales. A pesar de mencionarlo bastante (desproporcionadamente con relación a otras misiones necesarias/importantes), este borrador fija (asume) posturas claras de demarcación (subordinación) con el ‘otro’ sistema (el de Competitividad e Innovación), ‘creado’ hace unas semanas por otro decreto liderado en ese caso por Mincomercio.

La prueba se encuentra en el objetivo específico 10 del borrador, el cual es interpretable como una subordinación de un sistema a otro, cuando dice:

“10. Orientar el fomento de actividades de ciencia, tecnología e innovación hacia el mejoramiento de la competitividad, estableciendo vínculos desde el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI), con otros sistemas tales como el Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria (SNIA), el Sistema Nacional Ambiental (SINA), el sistema educativo, entre otros, en el marco del Sistema Nacional de Competitividad (SNC)” (“El cual es regentado por el Ministerio de Comercio”, le faltó decir al texto).

Y la función 6 implica una clara renuncia a meter las narices en dichos temas al reconocer que la productividad y la competitividad le ‘pertenecen’ a otros:

“6. Articular los distintos sistemas e instancias que desarrollen actividades en materia de Ciencia, Tecnología e Innovación, sin perjuicio de la articulación que le corresponde al Sistema Nacional de Competitividad e Innovación (SNCI) relacionada con la competitividad, productividad e innovación”.

Es decir, con este decreto por salir, el nuevo ministerio arrancaría en materia económica con un marcado complejo de inferioridad similar al que padecía Colciencias.

Más aún, el borrador de decreto relega a un segundo plano una agenda más promisoria/relevante/necesaria para el país como es la promoción de la producción y uso del conocimiento y la CTeI para el desarrollo humano y social, amigable con el medio ambiente: el desarrollo sostenible. Esto es así porque sujeta tan enorme e importante agenda a un asunto de ‘apropiación social del conocimiento’: un concepto pasivo, similar al utilizado de manera arrogante, inocuo y naïf de ‘socialización’, el cual tanto gusta al ‘nivel central’ de gobierno cuando se busca alfabetizar (o pontificar) más que co-construir.

O sea que de lo que se va (o debería) ocupar este ministerio no se habla en el decreto, mientras que sí se habla de lo que no se va a ocupar; quedando claro, eso sí, una misión de ‘socialización’. Para eso, no se necesita un ministerio. Hay que pensar el asunto de manera diferente . n

* PhD. Director Centro de Investigaciones y Proyectos Especiales, Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.

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