viernes
0 y 6
0 y 6
La educación es el mecanismo de movilidad social más eficaz y la herramienta de transformación más poderosa: reduce la pobreza, facilita la integración social y desarrolla el pensamiento crítico. Además, se constituye como el factor más importante para garantizar la igualdad y la inclusión. Promueve el empleo y facilita la generación de ingresos. Según datos del Banco Mundial, los ingresos por hora aumentan un 9% por cada año adicional de formación. En cuanto a los beneficios sociales, contribuye al desarrollo económico, promueve la innovación y fomenta la cohesión social.
Teniendo en cuenta estos argumentos, cualquiera diría que no existe política pública más eficiente que la apuesta por la educación, y así es. Y la buena noticia es que la innovación en la educación ha llegado para democratizar y ampliar la oferta existente, ha abierto las posibilidades de encontrar distintos formatos, más personalizados, más flexibles, más prácticos. Hoy, la edad no es un limitante de acceso a la educación, muchos adultos buscan dar un cambio a su vida y aprenden nuevas habilidades y muchos niños y niñas aprenden herramientas que les facilitan su futuro laboral desde temprana edad.
La educación está sufriendo profundos cambios, quizá los más importantes en los últimos 200 años. La llegada de tecnologías como la inteligencia artificial, las plataformas educativas, las ed-tech han revolucionado el mercado de la educación, y han multiplicado la oferta de manera exponencial. Hoy, quien desee aprender tiene a la distancia de un click los contenidos que quiera consumir, y podrá desarrollar habilidades y competencias dependiendo de su curiosidad y disciplina.
Un primer dilema al que nos veremos enfrentados en los próximos años será la veracidad y la calidad de la educación que consumimos. Y es en este punto donde las universidades jugarán un papel fundamental. Serán ese gran curador de contenidos, ese mentor que facilitará crear y diseñar las propias trayectorias de aprendizaje. La universidad será el facilitador en la construcción del camino individual que cada persona pretenda recorrer.
Y un segundo dilema que enfrentará la educación del futuro será la soledad. Los dispositivos móviles nos desconectan de los otros y de lo otro, generando un profundo aislamiento social. Y es allí donde la universidad cobra aún más sentido. La universidad no es solo la formación académica, la universidad es ante todo la experiencia vivida, la conversación sostenida, el debate planteado. La universidad son los profesores admirados, los amigos conseguidos, el conocimiento adquirido. .