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Columnistas | PUBLICADO EL 28 junio 2022

Ejercicios prospectivos de esperanza

La fortaleza institucional, su independencia y ecuanimidad, así como una agenda conjunta para construir un capitalismo más consciente, generarían la dosis de optimismo que hoy nos falta como sociedad.

Por Juan Camilo Quintero - @JuanCQuinteroM

El futuro no está determinado, es una construcción colectiva en la que intervienen la voluntad y el azar. Así entendido, las sociedades son como las gestionamos, con acciones individuales que sumadas hacen un todo. Para esto, las visiones de futuro son determinantes, generan consensos y buscan alcanzar bienestar para la sociedad.

Antioquia tiene una larga historia de ejercicios prospectivos que nos han ayudado a unirnos en cuanto sociedad. No solo el desarrollo económico, la desigualdad, la inclusión para nuevas oportunidades, sino también otros aspectos, como la confianza, se han discutido buscando construir agendas de apropiación por los diferentes sectores e instituciones y logrando desencadenar acciones puntuales que materializan los ejes trazados.

El ejercicio de Antioquia 2040 es una apuesta acertada y congruente con los deberes que tiene un mandatario o líder de la sociedad antioqueña, esto es, generar discusiones de pensamientos diversos para entender el presente e imaginar un mejor futuro para todos. En su momento, la Visión Antioquia siglo XXI nos inspiró como antioqueños, nos trazó un norte que hoy se revisa a la luz de sus avances y desaciertos.

Es de resaltar la forma como se ha abordado este nuevo ejercicio de Antioquia 2040, al sentar en la misma mesa diferentes corrientes de pensamiento para promover discusiones técnicas y, si se quiere, políticas, que nos permitan trazar un futuro promisorio para nuestra sociedad.

Me parece un acierto que esta discusión sea orgánica y no de escenarios inamovibles que se deban seguir al pie de la letra por los próximos 20 años. Dicho de otro modo, actualizar la agenda, corregirla o mantenerla según los vientos que soplan es un ejercicio de autocrítica no solo valioso, sino indispensable para una propuesta como esta.

Esto es más importante en el país actual. Debemos hacer un llamado a la construcción colectiva, sin perder la capacidad de crítica y teniendo una oposición racional para que en el marco del nuevo gobierno escribamos los escenarios posibles de nuestra sociedad. Todos coincidimos en que si no actuamos para encontrarnos en una ruta donde todos tengamos cabida, tal vez terminaremos en la realidad de situaciones catastróficas.

La fortaleza institucional, su independencia y ecuanimidad, una agenda conjunta para construir un capitalismo más consciente, sin señalar sectores y más bien concentrarnos todos en hacerlo mejor y escribiendo una ruta de transición, de esperanza y de un mejor vivir para todos, generarían la dosis de optimismo que hoy nos falta como sociedad.

Una de las principales tareas de un gobernante es generar confianza, optimismo y consensos y marcar un camino de integración en visiones colectivas. Antioquia ya la está elaborando; ojalá sea el inicio para llevar una agenda con ejercicios similares al resto del país.

Vivimos en un país fracturado, el reto no es menor 

Juan Camilo Quintero

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