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Y el ganador en EE. UU. será...

Trump ha tenido que reinventarse en esta campaña. Cuando todo lucía a favor de él con Biden como rival, el cambio de candidato demócrata lo desbarató.

24 de octubre de 2024
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  • Y el ganador en EE. UU. será...

Por Diego Santos - @diegoasantos

Pongámosle un poco de picante a esto. Que sirva mi acertadísimo vaticinio para encumbrarme en el olimpo de los grandes analistas políticos. O, por el contrario, para enviarme de una vez por todas, y para siempre, al ignominioso muro de la vergüenza de los bocones, muro al que ya no le cabe ni un alma más en nuestro país.

Todo el mundo se está haciendo la misma pregunta: ¿Quién ganará las elecciones gringas, Kamala Harris o Donald Trump? Las encuestas los muestran en un empate técnico. La ventaja que logró Harris hace unos meses, aupada en la novedad de su candidatura tras la renuncia de Joe Biden, la ha ido perdiendo ante un Trump que, si bien cada día parece más errático, ha logrado mantener el foco de su mensaje.

En los siete estados bisagra de la contienda de este año -Pensilvania, Georgia, Nevada, Carolina del Norte, Michigan, Arizona y Wisconsin-, ninguno de los candidatos aventaja al otro en más de dos puntos. Las últimas semanas han sido intensas en estos territorios, con presencia permanente de ambos, pero la balanza ha permanecido quieta.

El efecto “novedad” y “miedo-a-Trump” que le dieron cierto liderazgo en las encuestas ocultó durante unos meses sus falencias. Las posiciones de Harris no son tan conocidas; es una mujer que dice ser de centro-derecha, tratando de asemejarse a la figura y políticas de Barack Obama, pero muchos le sacan en cara ser una férrea progresista de San Francisco, lo que suelen llamar una “Demócrata de San Francisco”.

Su corta campaña, por otro lado, le ha negado la posibilidad de tener más contacto con grupos poblacionales indecisos, entre ellos la comunidad negra y los hispanos, clave para su victoria. Pese a lo anterior, la candidata ha sabido mantenerle el pulso a su rival.

Trump ha tenido que reinventarse en esta campaña. Cuando todo lucía a favor de él con Biden como rival, el cambio de candidato demócrata lo desbarató. Su debate con Harris fue desastroso y acaso el momento más bajo de su popularidad. Su campaña tomó el timón y lo reenfocó en los temas que domina: el ataque como estrategia y la defensa a ultranza de los bolsillos de los estadounidenses.

El siglo XXI ha estado marcado por una división 50-50 de la política norteamericana. Inclusive en los años de Obama hubo resultados muy parejos. La elección de noviembre no va a ser distinta. Desde el análisis de cada una de las campañas, ninguna ha sido deslumbrante; muy en tono con el perfil de ambos.

No obstante, y pese a que se me atraganta inclusive decirlo, el ganador de las elecciones será el expresidente Donald Trump. Su tendencia marca al alza, mientras que la de Harris se ha estancado. Quedan dos semanas para que los gringos acudan en masa a las urnas. Algún milagro tendrá que aparecérsele a Harris para vencer a un Trump que además es apoyado por los grandes multimillonarios de ese país. Nos vemos en noviembre.

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