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Atenea, la más sabia, la más valiente y la más ingeniosa de todos los dioses del Olimpo, deja Nueva York para volver a Italia, el país del que salió de manera subrepticia. La cabeza de mármol de esta diosa, que data del año 200 antes de Cristo y está valorada en tres millones de euros, es solo una de las 58 piezas que la oficina del fiscal del distrito de Manhattan acaba de devolver a sus verdaderos dueños. Piezas de arte por valor de 19 millones que las autoridades italianas aseguran que en realidad no tienen precio.
Es notable el empeño de las autoridades neoyorkinas por retornar el arte a quien le pertenece. En lo que va de este año, ya se han repatriado más de 66 millones de euros en piezas de arte, no solo a Italia, sino también a Grecia y Egipto. Y admira el tesón que le ponen, porque cada una de las investigaciones que se requieren toma años.
Volviendo a la cabeza de Atenea, esta fue saqueada de un templo ubicado en la parte central de Italia y estaba en el Museo de Arte Metropolitano (MET), desde 1996. Es fácil imaginarse la paciente labor de investigación que exigió rastrearla y descubrir la cadena comercial por la que tuvo que pasar antes de llegar al famoso museo.
Con el expolio de piezas de arte antiguo, los pueblos pierden miles de años de historia. Se elimina una fuente importante de datos que permiten reflexionar sobre el de dónde venimos, en qué consiste nuestro pasado y cuál es nuestra identidad como grupo social. Así que hay que aplaudir estos procesos de restitución.
En los últimos años se ha visto un esfuerzo importante por parte de los grandes museos europeos y norteamericanos para devolver a sus verdaderos dueños lo que les pertenece. El museo del Louvre es un ejemplo interesante. Se asoció con la casa de subastas Sotheby’s, pusieron en marcha un proyecto para investigar el origen de las obras adquiridas entre 1933 y 1945 y establecer a quién deben ser restituidas, si es el caso. En la actualidad, el museo francés tiene un registro de 1.700 obras que fueron recuperadas en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial y que aún no se han devuelto a los descendientes de los legítimos propietarios.
Países Bajos sentó un gran precedente hace dos años con el informe que elaboró el Consejo de Cultura para que se devolvieran cien mil objetos sustraídos de Asia, África y el Caribe durante la época colonial, sin que las poblaciones indígenas que los elaboraron hubieran dado su consentimiento.
El tema de la restitución es muy polémico y lleva décadas debatiéndose. Ahora se ven estos esfuerzos en los que las autoridades han tenido que intervenir. Pero siempre queda en el aire la duda sobre el papel de los museos y sus colecciones en este trajinar de obras de arte. El panorama va cambiando gracias a los esfuerzos de algunos, que no todos, para ejercer prácticas responsables. Y así, diosas como Atenea pueden volver a descansar en la tierra de la que nunca debieron haber salido