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Fue impactante para mí leer “Hiroshima” de John Hersey, un libro que, como tantos, me había pospuesto leer sin una fecha determinada hasta que al fin lo agarré y me fue difícil soltarlo.
Tras un año de haber estallado la bomba atómica, Hersey (periodista norteamericano), buscó contar la historia de seis sobrevivientes que estaban allí aquel sangriento e hiper caluroso seis de agosto de 1945 a las 8:15 de la mañana, cuando la vida de los hiroshimaenses (la de aquellos que quedaron vivos) dio un giro radical mientras que la de cientos de miles se apagó en ese instante y de muchos de ellos no quedó ni el mínimo rastro. El calor de unos 6 mil grados centígrados en el centro de la explosión derritió hasta su último hueso.
Los entrevistados por Hersey para construir esta historia fueron: Hatsuyo Nakamura, una viuda madre de tres hijos; el sacerdote católico Whihem Kleinsorge, único extranjero de los seis entrevistados, alemán, miembro de la Compañía de Jesús; Terfumi Sasaki, joven cirujano; Masakasu Fujii, exitoso médico y dueño de una clínica, Kiyoshi Tanimoto, pastor metodista y Toshiko Sasaki, mujer soltera y empleada de una fábrica quien, después de las heridas que sufrió por la bomba y por la falta de atención médica oportuna, fue abandonada por su prometido. Luego Sasaki se bautizó en la Iglesia católica y se hizo religiosa adoptando el nombre de hermana Dominique.
El autor reconstruye con tino y a la vez dramatismo la vida de estos seis personajes, desde días antes de que estallara la bomba atómica pasando por el momento de la explosión, cómo reaccionaron, cómo vieron ese resplandor de luz incandescente en el cielo, hasta cómo fueron reincorporándose a la vida después de haber sobrevivido, por diversas razones, ante tan brutal ataque. Muestra cómo, además de los daños psicológicos por la destrucción casi total de su ciudad y la muerte de tantos (¡y tantos!) seres queridos comenzaron también a verse las secuelas a largo plazo como alteraciones en la digestión, disminución dramática de los glóbulos blancos, problemas de fertilidad en las mujeres, náuseas, jaquecas, caída del pelo entre muchos otros.
El contenido de “Hiroshima” fue publicado en la revista The New Yorker, la cual se agotó inmediatamente porque hasta el momento poco se había escrito sobre el drama humano de esta tragedia. 40 años después Hersey regresó a esta ciudad para investigar qué había sido de la vida de sus entrevistados y así escribir el último capítulo.
Después de leer “Hiroshima” me quedé pensando hasta dónde llega la maldad humana, y hasta dónde la grandeza y el temple de tantos hombres y mujeres puede hacer que se sobrepongan y continúen con su vida tras de vivir algo así. Leer este libro, breve pero con un contenido real y profundo, nos ayuda a revivir nuestra historia y ver cómo 76 años después las manifestaciones de la crisis van tomando otros rostros y nombres. Nos recuerda que ni la violencia ni la maldad a costa de tantos civiles inocentes puede llevarnos nunca hacia un bien mayor. Ojalá algún día aprendamos la lección.