Columnistas | PUBLICADO EL 29 septiembre 2020

Demócratas, no den por descontado el voto hispano

Por Luisa Chávez

Los demócratas están contando con los hispanos para que los ayuden a ganar la Casa Blanca el próximo 3 de noviembre, pero es posible que se lleven una sorpresa. Aunque he sido conservadora la mayor parte de mi vida, no voté por Donald Trump en 2016 y tampoco lo haré este año. Pero entiendo por qué su tipo de populismo y atractivo para los votantes religiosos ha tocado la fibra sensible no sólo entre los votantes blancos y los evangélicos, sino también entre los hispanos, que probablemente constituirán el 13 por ciento de los votantes en noviembre.

Si bien la mayoría de los hispanos vota habitualmente por demócratas, durante casi cinco décadas una minoría considerable ha votado sistemáticamente por el candidato republicano en las elecciones presidenciales. En 1972, alrededor de un tercio de los mexicano-estadounidenses votaron por Richard Nixon. En 1984, aproximadamente el 40 por ciento de los hispanos votaron por Ronald Reagan, un nivel que George W. Bush también logró en su intento de reelección en 2004.

En la campaña del 2016, el 28 por ciento de los hispanos votaron por el Sr. Trump, a pesar de su lenguaje abiertamente racista. Las encuestas ahora sugieren que no sólo en gran parte ha mantenido su apoyo entre hispanos a nivel nacional; de hecho se ha incrementado en estados claves.

En la Florida, una encuesta de NBC News/Marist muestra que Trump supera a Joe Biden entre los votantes hispanos, entre un 50 y un 46 por ciento, lo que podría poner al estado en un virtual empate. En Texas, casi el 38 por ciento de los hispanos dice que apoya a Trump, mientras que en Arizona, el 29 por ciento lo hace, según encuestas recientes. Al igual que con otros grupos demográficos, los hombres hispanos son más propensos que las mujeres a apoyar a Trump.

Tendemos a pensar en los hispanos como un grupo minoritario no blanco, pero muchos no necesariamente piensan en sí mismos en esos términos. Es más, un número creciente de hispanos son cristianos protestantes o evangélicos, un grupo que, al igual que sus correligionarios no hispanos, se inclina mucho más hacia Trump.

Pero quizás más que por su afiliación racial o religiosa, algunos votantes hispanos pueden gravitar hacia Trump porque creen que será mejor en la economía. Como la mayoría de los votantes estadounidenses, los hispanos califican la economía como el tema número uno en las elecciones, con un 80 por ciento según una encuesta reciente de Pew Research. Si bien es más probable que los estadounidenses en general califiquen la desigualdad de ingresos como un problema importante, menos hombres hispanos que mujeres lo hacen, y la desigualdad de ingresos y la inmigración están por debajo de la atención médica y el brote de coronavirus como los principales problemas de votación.

Otro factor que puede ayudar a Trump entre algunos votantes hispanos, especialmente en la Florida, es su continuo esfuerzo por presentar a los demócratas como blandos con el socialismo. Algo más de una cuarta parte de los residentes de Florida son hispanos, con una pluralidad de origen cubano, pero también poblaciones considerables de nicaragüenses y venezolanos que huyeron de regímenes autocráticos. Cuando Trump les dice a los votantes que “Joe Biden es solo un caballo de Troya para el socialismo”, genera un temor real entre aquellos cuyas familias han vivido bajo Fidel Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro o Daniel Ortega.

Se está haciendo tarde para cambiar la opinión de los votantes, pero es mejor que Biden preste atención a un grupo que los demócratas ha dado por sentado desde hace mucho tiempo. La campaña de Trump comenzó a publicar anuncios en español en Florida tres semanas antes que la de Biden y tiene una campaña agresiva con 16 oficinas que se enfocan en atraer a los votantes hispanos en Florida, Arizona, Texas y Nevada. Si Biden no dedica más tiempo, dinero y organización a ganar al menos tantos votantes hispanos como lo hicieron Hillary Clinton y Barack Obama, puede ver frustradas sus esperanzas de convertirse en presidente