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Dejémoslo a él que divague

Esta retórica altisonante que propone el ministro, aparte de que no sirve para nada, también confunde. Con su tono rupestre hace aseveraciones muy graves sin ningún contexto.

26 de enero de 2024
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  • Dejémoslo a él que divague

Por Juan Carlos Manrique - jcmanriq@gmail.com

El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, nos acaba de dar un gran consejo, en relación con el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo. Ante la propuesta de Jaramillo de presentar una reforma tributaria para financiar la reforma a la salud, Bonilla lo desautorizó y concluyó: “Dejémoslo a él que divague”. Consejo sabio y oportuno.

Más allá de estilos y maneras de ser, que dentro de la diversidad enriquecen las conversaciones y los debates, el ministro Jaramillo decidió asumir el rol del que habla duro, con groserías, con aires de cuasi matón, del chacho de la clase, con discursos veintejulieros y palabras vacías. Este rol crea fricciones, rompe puentes, tiene más excusas que respuestas, no da espacio para un dialogo constructivo y termina en una gritería sin fin.

Una gritería que no sirve para nada. Si sirviera para algo, ya la reforma a la salud tendría un concepto técnico de la viabilidad financiera. Ya los colombianos tendríamos una información en plastilina para entender la reforma. No se hubieran vencido un número muy importante de vacunas contra el covid-19. El Estado, como un todo, estaría mejor preparado para enfrentar este desastre climático que está destruyendo miles de hectáreas de bosques y reservas forestales, así como contaminando el aire con los efectos en la salud de las comunidades cercanas. El avión “Hércules” contra incendios estaría en operación. La ejecución de la inversión presupuestal del 2023 no hubiera tenido el nivel más bajo de la última década. Y la lista continua.

Esta retórica altisonante que propone el ministro, aparte de que no sirve para nada, también confunde. ¿Cuántas reformas tributarias va a presentar el gobierno? ¿La idea del gobierno es acercarse a los estándares de la OCDE o lograr un recaudo para financiar la salud? ¿La propuesta es para bajar la tarifa de renta a las sociedades o para aumentar la carga de los empresarios? ¿El ministro de hacienda es Ricardo Bonilla o Guillermo Alfonso Jaramillo?

Pero el ministro va más allá. Con su tono rupestre hace aseveraciones muy graves sin ningún contexto. En unas de sus últimas e improvisadas declaraciones, atacó de manera irresponsable a la Corte Constitucional. “Ahora que decimos que no alcanza la plata, decimos no, hagamos una reforma tributaria y comencemos a tributar por la salud, pero para eso sí no hay plata, pero quieren que este presidente, que es el que más ha invertido en salud, saque plata de donde no tiene. Se le viene en contra la Corte, le tumba las regalías, nos tumban todo, ¿por qué no dejan gobernar? No quieren que gobernemos”. ¿Ministro es en serio? La Corte que usted acusa de no dejarlos gobernar, es la misma Corte que tumbó innumerables decretos expedidos por el gobierno Duque y le tumbó la totalidad, óigase bien, la totalidad de la ley de Financiamiento. ¿Salió usted a defender al gobierno de Duque porque no lo dejaban gobernar?

Como estoy seguro de que el ministro radicalizará su estilo, por la salud mental de los colombianos, acojamos el consejo de Bonilla: “Dejémoslo a él que divague”.

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