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Columnistas | PUBLICADO EL 14 agosto 2020

Deje la quejadera

Por Ramiro Velásquez Gómezramirovego@gmail.com

Para muchos enfermos de covid-19 aliviarse no es aliviarse. Es el comienzo de un camino complejo y tal vez largo hacia la recuperación con posibilidad de quedar con secuelas de por vida.

Se sabe que el número de casos confirmados es solo una ínfima parte de los reales y que muchas muertes, en el mundo, no han sido registradas como consecuencia del coronavirus.

Todavía se debate si alejarse dos metros en espacios cerrados es suficiente, si los anticuerpos generados permanecen mucho tiempo, si afecta más en invierno que en verano o cuánto tiempo permanecen en el aire aerosoles con el virus. Pero hay hechos que van quedando claros tras ocho meses de pandemia.

Ahora se tiene mayor certeza de que el virus nunca se va a ir. Permanecerá quizás por siempre. Ya se esparció por el planeta con demasiada facilidad. Una nueva vacuna podrá proteger contra el SARS-CoV-2 pero determinado número de personas lo padecerá cada año, como sucede con otras enfermedades (existen vacunas para más de una docena de virus pero solo uno fue erradicado, el de la viruela).

Hay otro asunto inquietante. Comentan médicos y pacientes (además de la literatura internacional) que pese a que dan negativos para la enfermedad y ha transcurrido el tiempo del aislamiento, no se sienten bien.

En esos casos se les informa a las personas solicitar consulta de medicina general.

Las dificultad para respirar, tos, dolores musculares y la fatiga son algunas manifestaciones que perduran varias semanas, afectando la vida. (Hay casos reportados, aunque no se puede generalizar, de secuelas en el funcionamiento de algunos órganos y de personas a las que la Covid-19 les generó diabetes, por ejemplo).

Quien queda descartado por el virus sigue enfermo. La recuperación puede ser lenta y dolorosa. A pesar de que se le termina la incapacidad, no queda en plenas facultades para reasumir su vida laboral y otras actividades.

Esas personas no están siendo protegidas. A una, sé, le dijeron que dejara la quejadera.

Los investigadores saben quiénes tienen mayor riesgo de morir por esta infección pero desconocen quiénes quedarán enfermos por largos periodos tras una infección sintomática o asintomática (no son solo personas de edad, jóvenes también).

Existen pacientes que están recuperados para el sistema de salud (urgido de ‘buenas’ cifras) que no están recuperados y merecen atención, no una simple remisión a consulta general.

La Covid no es solo de muertes.

Maullido: cada vez más negocios cerrados, desempleo y hambre gracias a una cuarentena desmesurada.

Ramiro Velásquez Gómez

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