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La batalla por Bogotá

En 2022, Petro ganó holgadamente en Bogotá. En 2018, en cambio, fue el único lugar del país donde Sergio Fajardo se impuso en primera vuelta.

02 de noviembre de 2025
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  • La batalla por Bogotá

Por David González Escobar - davidgonzalezescobar@gmail.com

En la consulta del Pacto Histórico de este domingo participaron más de 2,7 millones de personas, y hubo de todo: bases de izquierda, votos impulsados por influencers y, claro, maquinarias. De ese total, algo menos de 2,4 millones fueron válidos, cerca del 6% de los votos posibles. El resultado muestra que la izquierda mantiene una base fiel y con capacidad de movilización, algo en línea con la persistente popularidad de Petro, que en más de tres años de escándalos y desvaríos no ha bajado del 30%.

Pero del resultado del domingo no se desprende una garantía de paso a segunda vuelta para el movimiento del presidente. El Pacto Histórico, por sí solo, no parece tener los votos. Y, peor aún para ellos, al desagregar la votación se revela una debilidad estratégica para la izquierda de cara a 2026.

Al dividir los votos válidos entre el censo electoral de este domingo y verlos por departamento, la participación que atrajo la consulta no fue homogénea en el país: en la Costa Caribe y en el sur la votación fue fuerte —superior al 10%—, mientras que en el interior se ubicó por debajo del promedio nacional, con departamentos como Antioquia y los del Eje Cafetero en torno al 3%.

Hasta ahí, todo normal: una tendencia similar a la que ocurre en casi todas las elecciones. El Pacífico y la costa apoyan en mayor proporción al candidato más “progresista”, Petro incluido, mientras que la región Andina tiende a ser más conservadora.

Con una notable y muy relevante excepción: Bogotá, que, según los resultados de la consulta, pudo haber confirmado que dejó de ser el bastión que fue para Petro en las pasadas elecciones.

Y es que la capital es lo más cercano que tenemos a un “swing state” en Colombia: su mera escala hace que la elección de los bogotanos tienda a inclinar la balanza y, no solo eso, sino que, en general, se mueve en una tendencia diferente al resto del país.

En 2022, Petro ganó holgadamente en Bogotá. En 2018, en cambio, fue el único lugar del país donde Sergio Fajardo se impuso en primera vuelta. En 2014, la campaña de reelección de Santos terminó tercera en la capital en primera vuelta, mientras Óscar Iván Zuluaga encabezó la votación. Y en 2010, la capital fue la región más fuerte para Vargas Lleras y una de las más sólidas para Mockus.

Volviendo al domingo, Bogotá fue la región donde más cayó la votación del Pacto Histórico frente a las legislativas de 2022 —un comparativo, aunque imperfecto, útil—: de haber obtenido cerca del 14% de la votación a la Cámara en las pasadas elecciones, esta vez convocaron apenas algo más del 5% en la capital.

Más revelador aún este dato cuando se observa que en ningún departamento del país el Pacto sacó un porcentaje de votación al Congreso más alto que en Bogotá en 2022: incluso por encima de Cauca, Nariño o el Valle, que en el imaginario son sus mayores fortalezas.

Así, si algo indica el resultado del domingo es que la batalla por Bogotá está abierta: esta caída dramática del Pacto Histórico en la capital se suma a la derrota de 2023, cuando Galán y el Nuevo Liberalismo se impusieron.

Quien gane Bogotá probablemente será quien gane la presidencia en 2026. Empiezan meses de intensa lucha.

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