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Esta semana Caracol Televisión estrenó “Metástasis”, la versión colombiana de “Breaking Bad”, una serie norteamericana tan bien hecha, que uno se prometía ver un solo capítulo pero las actuaciones, la trama y la incertidumbre que dejaba cada final hacían que uno, como el peor adicto a la metanfetamina, tuviera que dejar cargar el nuevo capítulo hasta que en el tercero, ¡en el cuarto!, con esfuerzo, detuviera el siguiente porque había que dormir para seguir viviendo.
Desde “Los años maravillosos” no me había atrapado tanto una serie; por eso apenas supe que harían la versión colombiana de “Breaking Bad” me dio tanto pesar porque casi siempre estos intentos fracasan, hacer una adaptación de algo que es sencillamente genial es un suicidio seguro; además, para qué repetirla en televisión si ya la hicieron muy bien en televisión, todavía ese asunto de las versiones para cada país no me convence, sería mejor que compraran la serie para que quienes no la han visto la vean o, sencillamente, sería lo mejor, que los creativos colombianos se pusieran a trabajar para que hagan series igual de magistrales.
Con el miedo de sentir una profunda decepción, repetí el ejercicio que hice cuando, también Caracol, hizo la terrible versión de “The Wonder Years”, la vi con la ilusión de que el daño no fuera mucho, que algo bueno tuviera, que no ridiculizaran la serie original. El resultado: lamentable, aunque no tanto como la adaptación de “Los años maravillosos”.
Supuestamente el mérito de la versión colombiana fue hacerla lo más fidedigna posible, “igualita” a la original; la verdad, eso no es ningún mérito, al contrario, mientras uno ve esta versión y recuerda la original, uno siente que le falta muchísimo para que sea buena. Copia es copia. No dejó de parecerme todo el tiempo una telenovela más que, quizá, podrá disfrutar alguien que no haya visto “Breaking Bad”. Lastimosamente los diálogos y ciertas situaciones que se salen de la versión original son tan flojas, tan de chistes malos, tan de mariachis, que es ahí cuando uno ve que estas licencias, que son supuestamente las que justifican una adaptación, no le ayudan mucho a la serie.
No quiero ni imaginarme cómo representarán a Tuco, Gus, los mellizos y a esas situaciones que a lo largo de las temporadas generan un suspenso tremendo; basta con recordar la del osito en la piscina que se resuelve majestuosamente en la segunda temporada, o ese capítulo extraordinario, “Fly”, que es una obra del absurdo que evidencia la genialidad de los actores.
Alguien lo resume muy bien en “Metástasis” cuando dice: “Acá nos encanta copiar todo lo que hacen los gringos”, una lástima, yo estoy seguro de que en Colombia podemos contar grandes historias, producir cada vez mejor, solo hay que confiar y hacer hasta lo imposible para que el esfuerzo que implica hacer una copia de algo muy bueno, se invierta en hacer series originales que compitan con las mejores del mundo