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La ciudad que vas a gobernar no es la misma que dejaste. Los problemas sociales, económicos e institucionales han crecido y en las calles se respiran angustia y desesperanza.
Por Daniel Carvalho Mejía - @davalho
Fico, casi todo lo que ahora te escribo te lo he dicho en privado, así que no veo problema en hacerlo público. Siempre te he manifestado mi gratitud por permitirme empezar en la política con vos hace ocho años. Hemos tenido numerosos desacuerdos políticos, pero nunca han pasado al plano personal o al irrespeto. Por eso me atrevo a hablarte desde la gratitud, el respeto y con la responsabilidad que tenemos de buscar lo mejor para Medellín.
Tu victoria en las urnas no fue sorpresiva pero sí impactante. La enorme cantidad de votos que te dieron de nuevo el privilegio de gobernar nuestra ciudad muestran la urgencia de cambiar las malas prácticas que dejó esta pésima administración y de recomponer la visión que desde hace años está perdiendo Medellín. Espero que entendás que tantos votos no son una carta blanca para satisfacer tus deseos personales o los de tu partido, sino más bien un acta de compromiso para trabajar mancomunadamente con toda la ciudadanía, aclarar las prioridades de nuestra sociedad y construir una institucionalidad que vuelva a generar confianza. Sabemos que muchos de esos votos fueron, esencialmente, expresiones de rechazo a Daniel Quintero, su equipo y sus mañas.
Esta vez te veo más maduro y mejor rodeado, tenés todo en tus manos para hacerlo bien y tengo fe en que rápidamente veremos un cambio en la ciudad. Este cambio no puede ser cosmético, no puede basarse simplemente en tu bacanería y tu popularidad. De la Alcaldía de Medellín esperamos transparencia, rigor técnico, eficiencia y recomposición del diálogo social; esperamos ver todo eso en tus declaraciones, la selección de tu gabinete, el trato a los opositores y las prioridades del futuro plan de desarrollo.
La ciudad que vas a gobernar no es la misma que dejaste. Los problemas sociales, económicos e institucionales han crecido y en las calles se respiran angustia y desesperanza. Tendrás una alta gobernabilidad en el concejo distrital, pero también tendrás una ciudadanía más vigilante, con unas veedurías cuya legitimidad ha aumentado, una oposición más crítica y un gobierno nacional más distante.
A propósito de esto último, me preocupa que asumás que tu papel de alcalde supone una oposición al Presidente de la República, pues tu rol ahora no es nacional, no es de oposición, no es un trampolín a una futura presidencia: la ciudad te necesita cien por ciento concentrado en ella. Eso requiere una buena capacidad de gestión ante el gobierno nacional, para lo cual contarás con una bancada de congresistas antioqueños que, en su mayoría, sabemos anteponer los intereses de la ciudad y el departamento a los cálculos partidistas.
Te felicito por tu victoria y deseo, por el bien de nuestra querida ciudad, que tu mandato pase a la historia por su transparencia y su impacto positivo. Esta vez podés hacerlo mucho mejor. Desde mi posición de congresista independiente estaré siempre dispuesto para aportar y siempre atento para hacer control cuando algo no se esté haciendo bien. Al final de cuentas, la historia no hablará de cuántos votos obtuvimos sino de lo que le aportamos a Medellín.
Te deseo sabiduría y serenidad.